❥➻ Peligro

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Observa con una sonrisa el pequeño peluche que reposa en su mesa de noche, rié levemente al solo recordar los bueno momentos que implicaban a ese pequeño peluche, con aquella misma sonrisa traviesa lo toma entre sus manos, aquel osito era de tela café, suave y realmente para él era reconfortante su aroma, por supuesto, ese pequeño felpudo tenía dueño, no era más que la dueña de sus pensamientos, aquella chica que desde pequeño era su seguir, aquella jovencita que ahora estaba en sus aposentos, lástimada, no físicamente, pero si mentalmente.

—Solo deseo que me ames... —suspira, borrando su resplandeciente sonrisa tiro al felpudo en la cama, de pronto sus ánimos se fueron, su (Nombre) le odiaba, no le mostraba aquella sonrisa y ni siquiera compartían aquellos hermosos momentos, era tarde para dar pasos atrás, además también tenía aquel peligro, si el no secuestra a (Nombre), estaba el peligro de que x persona podría llevársela y alejarla.

Era demasiado egoísta. Demasiado enfermo para soportar ver a la de cabellos (C/C) con otro, porque no podían ser felices, es decir, sin que nadie se les interponga, porque ella no guardaba algún sentimiento de amor, después de todo, cientos de libros o series mostraban que una amistad de la infancia entre un niño y una niña tenía finales amorosos, porque su amistad no pasaba de ese límite.

Acostándose en su cama, sus ojos amatista reflejando lo triste que están vieron con atención nuevamente al pequeño oso, tomándolo de su extraña posición en la que había quedado al haber sido tirado, lo abrazo contra su pecho, oliendo aquel aroma que lo hacía sentir bien, deseaba que (Nombre) fuera ese peluche, tan fácil de tener en sus brazos, tan sumiso, tan amable a su toque.

—No puedo perderte. —susurra para si mismo, cerrando sus ojos, y disfrutando la suavidad de su cómoda cama, lentamente sus memorias de nuevo lo hacía sentir vivo, mientras (Nombre) no estuviera a su lado en la forma que quería, sus memorias era lo que quedaba, volviéndose más enfermo de lo que estaba.

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—¡Te vas a echar para atrás!

Los pasillos mayormente eran lugares ruidosos, muchos chicos cuchicheando sobre nuevos chisme, de alguna pareja formada o de alguna pareja de los maestros, por eso nuestro protagonista mayormente buscaba lugares alejados junto a su mejor amiga, pero cuando está tenía algún plan respecto a lo escolar tenia que dejar solo al chico o era al contrario.

—Que ruidosos... —susurra para si mismo expresando la molestia de tener a estorbos en su lugar favorito, pero era de esperarse, la escuela era pública, no podía decir nada pero esperaban que se marcharan rápido y entendieran que sus simples presencia eran más que nada dolor de culo para él.

Únicamente debía concentrarse en su almuerzo y no en esos pubertos, Ouma ya presentía que a lo mejor eran algún grupito en busca de chicas.

—Silencio... —susurro una voz masculina, pero con un tono un tanto mas joven—. Tenemos estorbos...

En ese instante, Kokichi sintió como eso chicos llamaban a la palabra problema, querían eso ¿verdad? ¡Quien demonio era el estorbo! Sin darse cuenta sentía como su pobre envase de alimentos sufría su ira interna, esos chicos querían quitarle el apetito, pues lo habían logrado.

𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 ᚔ ¡𝐘𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞! 𝐎𝐮𝐦𝐚 𝐊𝐨𝐤𝐢𝐜𝐡𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora