Un amor bajo el cosmos.

Cap. 3

- Pero desde luego no salimos para hablar solo de las preferencias en cuanto a las carreras, ¿cierto?

- Si, sobre eso también quería hablar, pero desde luego quiero preguntarte ¿lo que me dijiste hace varios meses, es la razón por la cual has estado evitándome?

- Que... - ¡rayos!, ¿Cómo lo noto? – no, no eso no fue, la verdad es que como era el último año para decidirme que estudiar, tengo miedo en decepcionar a mi familia, con la carrera que voy a escoger, y lo vez a un no me decido – recurso de último momento señores, ya sé que lo dije muy rápido para mi gusto pero fue lo único que se me vino a la mente, ojala y me crea.

- ¿Enserio? – se voleo a mirarme, asentí y aparte la vista rápidamente, no quería que leyera mi cara de falsedad ahora. – está bien, solo espero que no haya mal entendido por esa conversación

- No, claro que no...

- Connor, vamos que llegaron los chicos – mi salvador como siempre llegando en el momento justo. "mi querido hermano"

- Entonces, espero que te decidas y nos vemos. – se despidió y lo agradecí mucho, porque no quería seguirle mintiendo.

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Luego de esa velada opte por enfrentar mi realidad, y no seguirme escondiendo de Connor, aunque por mi parte no iba hacer igual que antes, debía aparentar ya que él es muy escrupuloso en darse cuenta de algo. Lleve todos los papeles y me decidí por lo que realmente amaba hacer, "leer", la literatura siempre me habia llamado la atención y en vista que no gozaba por el amor a los negocios de mi familia era la mejor opción, claro que aunque no le gustaba mucha la idea a mi padre, no puso tanta objeción, como faltaba un mes largo para entrar a la universidad, me fui a visitar a mi abuelo, cada vez que empezaba algún proyecto iba a visitarlo y de paso veía un rato a mi madre.

Estando allá los días pasaron tan rápidos como siempre, ya que mi abuelo vivía en el campo, sentía el tiempo más tranquilo y llevadero, viendo pasar los animales en vez del tumulto de carros y el paisaje natural al de los edificios y la vida ajetreada, desde luego no podía olvidarme de un bien necesario para la juventud, mi celular, Olga y las chicas me mantenían al tanto de todo, de ahí me entere que Connor como lo predijo mi hermano, inicio a trabajar antes de tiempo en la empresa de su padre, y claro también estudiaba pero ahora tenía menos espacio para él.

Me encontraba sentada en medio de diferentes seres humanos que habían dejado de vivir, no los conocía claro, solo me encontraba allí para visitar al ser más hermoso que habia conocido "mi madre", solo tenía un vago retrato en mi mente la última vez que nos vimos, de ella dirigiéndose a la estación de tren, porque le encantaba aunque tuviera carros a su disposición nunca dejo de ser, la misma joven hija de padres granjeros, pero hasta que un trágico accidente se llevara a muchas personas incluyéndola.

Luego de unos días volví nuevamente a mi casa, para empezar la universidad.