¿De quien estoy embarazada‽

Capitulo 94

El gusano blando era tan bueno cavando agujeros que, sin saberlo, cavó en las venas de la tierra.

A Tong Xiao le pareció un poco increíble, dijo: "El bicho blando puede tener espiritualidad también pensar en algo bueno y sale corriendo con la nariz apuntando".

Deyur, sin embargo, recordó un punto: "La energía no es atractiva para los demonios habituales, así que ¿qué atrajo al gusano blando allí?".

Tong Xiao se quedó atónito al escuchar eso, realmente lo había olvidado.

¿De qué se atrajo exactamente ese bicho blando?

Deyur se burló del hosco ginseng pequeño, dijo: "Si no puedes pensar en ello, no quieres pensar en ello, si el bicho blando puede vivir en la gran montaña durante tantos años, debe tener la capacidad de protegerse, también dejaré que la pequeña bola de plata lo vigile."

El pequeño ginseng estaba triste y preocupado cuando su amiguito lo abandonó, y todo el demonio estaba disgustado, incluso las hojas de la parte superior de su cabeza se acurrucaron, con un aspecto lamentable. "Puf, puf, puf".

Tong Xiao acarició la cabecita: "No te preocupes, papá encontrará los bichos blandos".

El pequeño ginseng gruñó y se quedó dormido en el brazo de su padre.

Al oír los fuertes ronquidos del pequeño, Deyur cogió al bajito y se aseó antes de quedarse dormido también.

Era una noche tranquila en el E-24DE, tan tranquila que el único sonido del exterior era el viento, pero quizás estaba demasiado seco y Tong Xiao no durmió muy profundamente.

El pequeño ginseng abrió los ojos mientras dormía.

Sus grandes ojos se movieron de un lado a otro, se incorporó, miró en silencio a sus papás dormidos y luego salió de la cama con cuidado y de puntillas de la habitación.

Fuera de la habitación había un largo pasillo y miró a su alrededor un poco confundido sobre qué camino tomar.

En ese momento, una bola plateada flotó por encima de la cabeza con una luz roja brillando sobre ella, "Hola".

El pequeño ginseng levantó la cabeza y estiró sus patitas en señal de saludo: "Hola, bolita de plata".

La luz brillante de la bolita plateada parpadeó: "Es tarde, ¿dónde vas a jugar? O tienes hambre, tengo un poco de savia de martillo aquí".

El pequeño ginseng se llevó la mano a la boca y dejó escapar un pequeño "shhh".

Tras el "shhh", alargó la mano y le hizo una señal, guiando a la bolita de plata hacia el exterior.

"Pffffff". Al otro lado de la puerta, el pequeño ginseng no pudo evitar gritar que pensaba hacer un viaje para salvar a los bichos blandos.

La bolita de plata fue un poco incapaz de entender esta afirmación, pero cuando vio que el pequeño mariscal estaba cavando un agujero, tomó la forma de una máquina perforadora de tierra para ayudar a ir cavando, después de todo, era el pequeño mariscal, así que naturalmente tenía que servir bien.

El pequeño ginseng conocido como el Pequeño Mariscal está de viaje.

Y una vez más, su padre y su madre entran en pánico por perder a su hijo.

Por suerte, la pequeña bola de plata se había ido con él, y transmitía la imagen del agujero de la excavación.

Deyur estaba furioso: "Pequeño, quieres que te den una patada en el culo, ¿no?".