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Al empezar la mañana siguiente, el ambiente en la casa resulto distinto, TJ no tenía que ser adivino para saber la razón del excelente humor que rodeaba a Zemo, sonrió feliz al saber que las cosas hubieran tomado un buen camino para ese hombre y su otro yo. Aunque eso hubiera desencadenado en que no pudieran entrar en casa por el ruido hasta muy noche, Tony termino durmiéndose afuera antes de lograr ingresar, tuvo que llevárselo en brazos hasta su respectiva habitación ya que no quiso despertarlo para entrar.

Hablando de Tony, estaba a su lado, pasándole ingredientes para preparar el desayuno, lo miro por quizás demasiado tiempo cuando le paso el queso, el castaño al notar su mirada por mucho tiempo le dio una sonrisa inocente, inmediatamente TJ se decidió a desviar su atención. Tony arqueo una ceja sin comprender el repentino acto.

El sonido de la puerta hizo que los tres que estaban en la cocina miraran por encima de la barra a la distancia, Bucky se encontraba ingresando con una gran caja entre manos, seguido de él entraba el mayordomo del Barón, pasando este de largo hasta la cocina entregándole un montón de bolsas, algunas parecían ser de tiendas de ropa.

Zemo tomo las bolsas agradeciéndole a su mayordomo, quien se retiró del lugar, para después girarse a ver directamente a los visitantes, reviso por unos segundos el contenido de las bolsas para después separar la mitad en casa mano―Es ropa limpia que pueden usar, como no sabemos cuánto tiempo pase hasta saber cómo regresarlos, mande a comprar un poco de todo, también mande a traer medicación para tratar tu abstinencia de sustancia y entre otras cositas que nunca deben faltar ―les dijo mientras extendía las bolsas a cada uno, haciendo un ademan de que fueran a guardarlas.

TJ y Tony miraron sorprendidos las molestias que se había tomado Zemo por ellos― Gracias ―dijeron al unísono, viendo como Zemo hacia un ademan de restarle importancia.

―Pueden ir a dejarlas arriba, ya todo está listo aquí ―Zemo hablo, haciendo que ambos asintieran y le tomaran la palabra, dirigiéndose a sus habitaciones para dejar las compras.

Zemo los vio retirarse para después girar sobre sus pies y redirigirse al comedor, donde estaba Bucky― Esa caja está llena de nuevos documentos de anomalías a revisar, quizás con suerte encontremos algo similar y hallemos una forma de regresarlos ―mencionó Zemo al notar como el soldado examinaba los primeros documentos de la caja con curiosidad― así que, señor celoso, quiero que lleves eso a la biblioteca ¿de acuerdo? ―una sonrisa se extendió en sus labios al notar como inmediatamente el de ojos azules lo miro.

El ceño de Bucky se frunció levemente, desde la noche anterior a Zemo se le había dado por llamarlo a cada rato de esa manera― Deja de decir eso ―le dijo mientras pasaba por su lado para poder tener pase libre en dirección a la escalera.

―Debiste pensar eso antes de ponerte celoso pensando que cosas raras pasaban con tu copia y llevarme a tu habitación para comportarte de manera posesiva conmigo y unilateralmente decidir que soy tuyo ―dijo encogiéndose de hombros, no es que se quejara, pero le gustaba molestar.

―Si quieres, nos olvidamos de lo que paso anoche y aquí no pasó nada ―ofreció Bucky con una sonrisa a modo de provocar, viendo como Zemo se acercaba a su persona.

―Demasiado tarde para eso, ¿crees que te dejare ir? Cuando fuiste tú en empezar esto, no pienses que puedes escapar de mí después de eso, James―comentó Zemo posando sus manos en la cintura del soldado, atrayéndolo a su cuerpo, en un claro indicio que no lo soltaría.

Sin poder evitarlo, los recuerdos de la noche anterior vinieron a la mente de Bucky mientras miraba aquellos orbes castaños y sentía esas manos aferrarse en su cintura. Las cosas habían tomado un rumbo que no había esperado, desatando todo lo que sentía de una manera impulsiva, volviendo loco al verse correspondido, tomando a Zemo de una manera que ni había pensado que haría, marcando su cuerpo de manera posesiva, una mueca se hizo en sus labios al notar las ropas del Barón, estaba cubierto hasta medio cuello, apenas se podía asomar una marca rojiza del filo de la ropa, él quería volver a ver la piel del Barón con sus marcas, poner en sobre aviso a su otra versión con ello de que Zemo era suyo, si es que los ruidos del día anterior no hubieran sido suficientes, porque teniendo que aceptarlo, no fueron para nada discretos.

Realidades / WinterbaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora