Aturdida aún por la reacción que claramente no esperaba de Sam, entramos a un restaurante muy pequeño pero lo demasiado intimo para platicar sin riesgo a que alguien nos viera.
Sam me ayudó con la silla y nos sentamos uno frente al otro. El restaurante era italiano y ya gruñía mi estomago por el olor a pasta.
— Dos pastas con vegetales, una botella de vino tinto y una pizza de Salmon – dijo Sam al mesero siquiera antes de que nos ofreciera la carta. — Sé que odias que te traten como niña pequeña pero si te dejo ordenar seguro no pasas del vino – No pude evitar soltar una pequeña risa, Sam me conocía tan bien.
— A veces tenemos que tomar decisiones por otros – sonreí, Sam sabía a lo que me refería.
— No voy a preguntarte como has estado, porque sé que no has estado bien. – levantó sus cejas señalándome, era obvio que me veía fatal y bastante delgada. — Pero lo que sí voy a preguntarte será que piensas hacer ahora que has decidido dejarte ver. – No sabía que responder, no tenía el valor de decirle Estoy en la quiebra, ¿puedo recuperar mi trabajo?
— La verdad, Doctor Samuel
— ¿Doctor Samuel? Deja ya los títulos para después, no estamos en junta
— De acuerdo, Sam. – estaba nerviosa, no sabía que decir o hacer. — No sé que hacer – mi voz se quebró, era la primera vez que lo aceptaba — Vine a buscarte porque ayer por la tarde me enteré que aún después de todo este tiempo, mi puesto seguía esperándome. No planeo recuperarlo, porque sé que eso sería una completa estupidez. Vamos, no es como que puedas dejar plantado al hijo del dueño en el altar, y regresar a tu empleo como si nada. Pero sinceramente creo que podrías ayudarme, tu mejor que nadie con alguna recomendación en otra empresa, no importa si es en otro país, pero no sé que hacer, estoy desesperada, no vengo a pedir dinero, pero me urge encontrar un empleo. Estoy a punto de hipotecar el apartamento, el banco está sobre mi. – quería llorar, pero era más mi desesperación.
— ¿Trabajo? – La voz de Sam sonó tan en duda — April, ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿qué no te habías ido a Suiza? – Y por un momento creí que estaba bromeando, hasta que los ojos de Sam no dejaban de buscar respuesta en mi mirada
— ¿Suiza?
— Sí, ¿Qué pasó con tu trabajo en suiza? Carlos redactó la hoja y me hizo firmarla. Se supone que había sido un acuerdo, por eso lo dejaste. – aún en shock, intentaba analizar lo que me decía Carlos
— Sam, ¿De qué hablas? ¿qué trabajo? ¿Suiza? Sam, he estado en NY todo este tiempo, encerrada en mi apartamento, pagando cada maldito centavo de la maldita boda
— ¿Qué boda? – ahora Sam era el confundido — April, cuando dejaste a Carlos, todo fue un caos. Tanto en casa como en la empresa. Sé que Carlos y tu se vieron después de la boda, y él me dijo que todo lo que querías era irte a Suiza, y querías una carta de recomendación. Carlos me pidió que la firmara, el mismo la redactó y me dijo que no insistiera mas en recuperarte en la empresa, que por el bien de los dos era mejor estar separados y tu solo querías irte.
— Sam, yo nunca pedí eso. Carlos y yo discutimos, la última vez que lo vi firmé los papeles de la demanda. – dije anonada
— ¿Demanda? ¿Qué demanda?
— La de la boda. – dije incrédula — Carlos me odiaba tanto y yo me sentía tan culpable que acepté pagar todos los gastos de la boda.
— ¿De qué hablas April? – La sorpresa de Sam no podía ser mayor — YO PAGUÉ LA BODA
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NO ERA ASÍ | TOM HIDDLESTON
Fiksi Penggemar╔═══════════════╗ Hɑbíɑ tocɑdo fondo, o eso cɾeí. Esto no estɑbɑ plɑneɑdo, jɑmɑ́s lo hɑbíɑ imɑginɑdo. ¿En qué momento mi vidɑ se volvió públicɑ γ me conveɾtí en lɑ mɑlɑ de lɑ histoɾiɑ? ╚═══════════════╝ 『• • • ✎ • • •』 Algunos de los personaj...