Prólogo

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La vida era una reverenda mierda.

Yoongi se repetía constantemente aquel pensamiento. La realidad era lo que era. Su consciencia siempre parecía torturarlo, restregando en su mente sus propios recuerdos como una película mal producida y con demasiado drama. Mientras se decía a sí mismo que lo pudo haber hecho mejor.

Él pudo haber elegido cualquier otra carrera, excepto que no lo hizo y se convirtió en contador. La presión era algo a lo que desde niño se vió envuelto. Ser hijo único por dos padres conservadores, perfeccionistas, de mente estrecha y con demasiadas expectativas desde el momento en que nació...no era una buena combinación.

—Tú eres lo único bueno que tengo, Holly —Yoongi sonrió cuando su pequeño amigo canino ladró y dió una lamida en su mano mientras daba vueltas en su lugar. Parecía tan emocionado al ver que Yoongi le estaba dando muchas croquetas.

Se sentía tan patético con el hecho de que considerara a su cachorro como lo único bueno que tenía, cuando él tenía una novia.

Si, aquello debería de hacerlo sentir mal. Joder que lo hacía, como la mierda misma. Pero aún así era lo que era.

Tenía un buen trabajo que le generaba buenos ingresos, tenía una novia que muchos envidiarían, tenía un buen departamento, sus padres lo tenían denominado como su mayor orgullo y era la envidia de muchos de sus primos.

Debería estar feliz, debería estar satisfecho con su vida.

No lo hacía. No estaba feliz, ni remotamente cercano a aquel sentimiento tan expresivo y gozoso.

¿Era posible sentirse tan vacío? ¿Tan miserable? ¿Tan patético? ¿Tan harto de todo y de todos?

Claro, ¿Cómo sentirse feliz y amado cuando sabía que su gran novia lo engañaba con el "mejor amigo" de Yoongi?

¿Cómo no sentirse una mierda cuando ni siquiera podía hacer frente a Jongin y a su propia novia? Él era tan patético, miserable y repugnante.

¿Cómo sentirse alegre cuando sabía que él no había elegido su carrera? Yoongi no quería ser contador. Odiaba el estrés que le producía hacer informes, ver miles de papeles llenos de números, estar pegado a una oficina y hacer su culo más plano.

¿Lo peor? Eran sus padres. Joder, Yoongi los amaba demasiado. Pero al mismo tiempo los culpaba de su vida tan miserable. Pero luego se culpaba a sí mismo, porque solo él era el culpable de su propia vida tan desastrosa.

Él pudo haber dicho que no cuando su padre decidió que debía ser contador. No lo hizo, dejó que sus padres festejaran su entrada a la más prestigiosa universidad, la cual él no había elegido. Dejó que ellos influyeran en sus decisiones. Se dejó manipular para que terminara con el que era su primer novio cuando tenía quince años, dejó que sus propios padres lo hicieran dudar de su sexualidad y de lo que era correcto. Porque Yoongi en ese momento se había identificado como bisexual, pero al parecer sus padres consideraron aquellos tan atroz que su madre terminó llorando en frente de él pidiendo que le dijera que era una mentira. ¿Su padre? Lo golpeó tantas veces mientras le decía que su hijo no podía ser un marica, un chupapollas...tanto insultos que le fue difícil procesar mientras los golpes seguían.

Desde niño fue criado para ser un gran hombre, para ser el mayor orgullo de sus padres. Él fue criado en un ambiente tóxico engañoso con una idea de amor tan deteriorado. Yoongi siempre pensó que era normal que su padre llegara tan tarde con un olor de perfume diferente, siempre pensó que era normal ver a sus padres discutiendo...pero aún así le dolió ver a su madre llorando. Aún cuando a la mañana siguiente sus padres se comportaran tan melosos y sonrientes.

Alien | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora