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Día quinientos uno intentando conquistar al Jungkook.

Ay enserio parezco una loca. Lo estoy viendo en un parque ahí sin hacer nada, solo está sentado contra un árbol escuchando música con sus ojos cerrados mientras sostiene una libreta y un lápiz de dibujo.

Que quede claro que no dibuja con los ojos cerrados.

Uy qué manera de pensar pavadas.

Parezco una espía pero la razón de porque lo sigo es para declararme.

No piensen que lo voy a hacer ahora.

Pero pienso declararme y quiero saber que cosas hace habitualmente para poder saber cuándo declararme específicamente. Quiero evitar que haya gente ese día, que esté solo él y yo. Por lo que veo lo voy a hacer en este parque casi a está hora que baja el sol.

Suena muy cursi esto...

Lo vi pararse y comenzar a caminar, obviamente como acosadora que soy lo seguí. Fue a un mercado y compro una leche de almendras.

Típico de él...

Ayyy debo estar viéndome una payasa intentando ocultarme atrás de un arbusto pero es lo único que hay acá. Veo que de voltea acá ¡3312 señores! Como un rayo de luz me tiró al piso llenándome de pasto y de tierra.

Así se hace soldada..

—¿Kiara?— escucho su voz a mis espaldas

Mal hecho soldada.

Me pongo de pie de un salto y lo saludo con mí mano mientras le doy una sonrisa tímida.

— Hola — río como estúpida.

— ¿Que hacías en el pasto?— me pregunta haciendo seña a toda mí ropa

— Solo miraba una mariposita en el pasto — sonrió.

— Oh — simplemente me responde.

—¿Que hacías?— le digo intentando sacar tema de conversación

— Solo fui a comprar algo para tomar — me dice sonriendo.

— Oh claro — me llevo una mano a mí cabello y veo que tenía una hoja del arbusto

Jungkook se ríe y se acerca para sacarme la hojita de mí cabeza.

Mí corazón va a mil por hora.

—¿Quieres acompañarme?— me pregunta.

Miro atrás mío para asegurarme que se refiere a mí pero solo estamos nosotros dos acá. Él suelta una risita ¡Dios, eso es música para mis oídos!

— Es obvio que te estoy hablando a ti — sonríe. — eres la única acá, aparte no invitaría a nadie a compartir leche de almendras.

— Me siento especial si lo decís así — respondo riendo

— Lo sos — ríe.

Nos sentamos en un banco y simplemente me da una leche de almendra para tomar. No es un silencio incómodo, creo que ya es costumbre entre nosotros de estar así pero no me desagrada para nada.

— Eres impresionante — dice de la nada sin mirarme

—¿Que?— me toma por sorpresa.

— Osea es impresionante como es posible que a cada lugar que voy estés tú. — dice mientras mueve su cabeza de un lado al otro

—Casualidades de la vida — le respondo mientras río nerviosa y tomo mí leche.

— Supongo que tenés razón — me mira y sonríe.

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⏰ Última actualización: Aug 04, 2021 ⏰

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