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Kiara:

La alarma de mí celular sonó. Desperté sin ánimos y tuve una lucha tremenda con las sábanas, estaba completamente enredada con estás. Para poner un ejemplo específico de como era la cosa es como si durmieran con alguien que te toma de osito de peluche y te abraza sin dejarte salida.

Lo sé tengo mucha imaginación.

Después de esa lucha con las sábanas que duro como dos minutos me fui al baño para darme una ducha que me termine congelando.

— ¡Parece que me estoy bañando en el Polo Norte!— grito exageradamente

Al otro lado de la habitación de escuchó la risas de mis papás y mis hermanas. Claro se burlan del burro de la casa.

Salí de esa congelante ducha y me vestí con el uniforme de la escuela. Me dirigí hacía mí habitación e intenté peinarme.

— Parece que hoy no es tu día, Kiara — me digo a mí misma frente al espejo.

Aunque recién saliera de la ducha tenía el pelo tooodo enredado.

—Parece que hoy es el día de los enriedos y yo no sabía nada — me digo mientras intento pasar el peine por mí cabello que era un completo desastre.

Con el esfuerzo de mí vida logro sacar todos esos nuditos que se me hicieron lo cual me costó como cinco minutos o más. Bajo las escaleras y me despido de mí familia.

Cuando estoy fuera de mí casa me encuentro con Tae esperándome como un perrito fiel.

— Llegas tarde — me dice

— Nadie te obligó a esperarme, alien — le respondo mientras comenzamos a caminar hacia la parada del autobús.

—¿Que le pasó a tu pelo?— pregunta mientras me mira confundido.

— ¡Ay no me mires así!— me quejo mientras me pongo la capucha de la campera — Hoy no es mí día.

— Se nota — dice burlón.

Por su burla termino dándole una cachetada en la nuca haciendo que se quejara como un bebé. Nos subimos al autobús que nos llevaría hacía la escuela.

Cuando llegamos vamos saltando como los nenes que somos.

— Yo puedo saltar más alto que tu — me dice burlón mientras pega un salto.

— Es injusto — me quejo — Tu tienes las piernas más largas que yo, en cambio yo soy un chichón de piso 

— No sos un chichón de piso — dice él y casi le dedicó palabras de amor por no haber dicho que era enana — En realidad sos un duende de jardín.

— Eres un maldito — le digo ofendida mientras le pegó en el brazo

— Cálmate fiera— dice mientras se soba su brazo lastimado — por lo menos un duende de jardín es más alto que un chichón de piso.

— Tienes razón mí querido amigo — le respondí.

— Elemental mí querido Watson— dice burlón.

Soltamos una carcajada por las pavadas que decíamos, era una tras otra. Entramos a la escuela u varias chicas se quedan viendo a Tae pero este no le importa y sigue su camino con su típica sonrisa cuadrada. Cuando soy frente a mí casillero lo abro y comienzo a sacar algunas cosas que necesitaría para las clases que me tocan.

— ¿Que te paso en la cara?— escucho a Tae hablar desde su casillero  y me doy vuelta para ver qué está conversando con Jungkook.

Me acerco disimuladamente hacía ellos pero siento que alguien me hace una traba y me terminó cayendo al piso frente a las zapatillas de jungkook.

Amor No Correspondido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora