Se que no pides consejo a nadie, porque corres el riesgo de que alguien te diga la verdad. Vives esperando un volantazo del destino, harta de echar de menos el cuerpo al que renunciaste.
Entonces ignorabas que esto pasaría y que echar de menos es renunciar al presente.
El día pasará y la vida seguirá, ganaran los mismos, perderan los de siempre. Y quizás, si eres paciente, si dejas de correr, la vida deje de ser ese autobus que se escapa justo cuando llegas a la parada.