Abby no empieza con buen pie en la nueva ciudad, pero ella no sabe con lo que se va a encontrar al momento en que le brindan ayuda.
El amor puede con todo, pero, tal vez debes escoger a quien amar. Solo de vez en cuando. Porque nunca sabes cómo pued...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜᚛᚜
Acababa de despertar en la cama del hotel después de 18h 50min de vuelo, tal vez dormí unas cuatro horas, ya era la hora de comer cuando llegamos, y el cambio de horario de repente no era bonito que digamos, pero como moríamos de hambre, comimos algo y rápidamente vinimos al hotel a dormir. Mande un mensaje a Corbyn, le dije que todos estábamos bien y que estábamos en el hotel, que todos estaban durmiendo y que yo, porque si, me he despertado.
Corbyn contestó, aunque me extraño ya que allí era tarde, las seis de la noche. Me dijo que se alegraba de que estuviéramos bien después de un viaje tan largo, y que él justo acababa de despertar para ir a correr como cada día. Para no molestar más ya que era tarde, le dije que ya hablaríamos después cuando estuviera despierto del todo y yo también, que yo iría a por algo de comer.
Salí de la habitación y miré el número para acordarme, ya que cuando llegamos no me enteraba de mucho, a veces no entiendo en las películas cuando hacen viajes muy largos y llegan y como si no hubiera pasado nada o como si realmente no estuvieran cansados, así como bajan del avión se van a visitar algo, por Dios yo no puedo, en general nadie puede.
Bajé a la recepción y dejé la tarjeta allí ya que siempre que se sale hay que devolver la tarjeta, le dije a la recepcionista que si preguntaban por mi, que había ido a por algo de comer, la chica asintió y yo me retiré del hotel para salir y ver el montón de gente y autos que pasaban. Esto se parece a muchos lugares de Estados Unidos, pero el sitio donde vivimos nosotros no, no pasan casi coches a veces, es extraño pero verdad.
(...)
Cuando entre por la puerta vi un rostro conocido, estaba con otros chicos y volteó a mirar hacia la puerta y nuestras mirada se encontraron.—¡Kuan!— Casi grite y empecé a correr y tan solo llegar a él salté encima suyo y me agarró para abrazarnos, le di la bolsa que llevaba con comida a su amigo que ya nos conocíamos de aquel año de intercambio y él lo agarró riendo.—¡Te echaba de menos!— Reí en su hombro aún abrazándolo. Pero entonces me baje y lo miré con mis manos en sus hombros.—¡Eres más alto!— Empecé a reír.
—¡Tú sigues igual de enana!— Entonces fue el quien empezó a reír y le pellizque la mejilla.—¡Auch!— Suspiró.— Eso duele.— Dijo con una sonrisa y sonreí con él.— Es broma, has crecido un poquito, me llegas casi al hombro. Pero solo casi.— Empezó a reír y le di con mi puño en el brazo y el no dejaba de reír. Lo volví a abrazar.— Yo también te echaba mucho de menos, las llamadas no son lo mismo.— Asentí repetidas veces con cuidado de no hacerle daño.
