Abby no empieza con buen pie en la nueva ciudad, pero ella no sabe con lo que se va a encontrar al momento en que le brindan ayuda.
El amor puede con todo, pero, tal vez debes escoger a quien amar. Solo de vez en cuando. Porque nunca sabes cómo pued...
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Miré el café en mi mano y suspiré, me recordaba lo que me dijo Corbyn de que fuera al aeropuerto a recibirlos y así, vería a Abby. ¿Por qué mi mente me decía que no quería verla, mirar sus mensajes y hablarle, y mi corazón decía todo lo contrario pero hacía caso a la mente?
Es la hora de que ocupe mi lugar en la vida de Abby, que empiece a escuchar lo que desea para su vida y saber si alejarme definitivamente. No quiero, quiero amarla y que ella me ame también. Quiero conseguirlo, pero no por haber alejado a Daniel de ella, solo quiero que se de cuenta de lo mismo que yo, el no poder evitar pensar en ella cada vez que me paro y miró a la nada, cada vez que toco el piano o bebo café recordando lo que le dije una vez.
FLASHBACK
— Ah, ¿pago yo?
— Obvio, tú me tiraste el café.— Eché una carcajada que ya se esperaba y asentí poniendo una cara seria.— Las galletas las pago yo.
Movió la cabeza de un lado a otro con una mueca que me hacía reír y asintió.— Bueno, está bien. Espero no gastarme mi paga en tus cafés.— Bufo y yo sonreí.
—¿Por qué dices eso?
— Con lo torpe que soy.. pues...— Sonreía ella.
— Oh bien, más tiempo contigo.— Mi risa pareció ser la única que se escuchó en la cafetería y ella lo notó. Su rostro se puso blanquecino y después me sonreía.
FIN DEL FLASHBACK
Ojalá eso vuelva a pasar, porque realmente me lo pasaba bien con ella, verla sonreír conmigo, verla reír por algo que yo le había dicho me hacía feliz. Creo que he comprobado que alejarte de una persona que hasta amas, no es la mejor idea que puede pasar por tu cabeza. Y se bien que la necesito, cada rato que paso sin ella es un sufrimiento más.
Miré el teléfono, tenía dos mensajes de Jack obligándome a ir ya que Corbyn le obligo a levantarse pronto por ir y que no merecía estar solo y aguantarlo. No conteste, realmente no tenía porque sentirme mal por él cuando ya tenía suficiente con lo que tenía yo solo. Pero tan solo por una vez creo que debía hacerles caso, ir allí, verla de nuevo y no sentirme mal por quedarme quieto sin saber que hacer o que pensar. De repente noté lo mal que ella se sentía por mi culpa y todo lo que le hice sin siquiera quererlo.
Pedí un Uber que me llevaría al aeropuerto y una vez allí, pensaría que hacer o decir, porque si algo he aprendido de ella, es que una simple disculpa después de todo no iba a servir de mucho. Pero iba a conseguirlo, porque puedo intuir lo mucho que me ha echado de menos en este viaje al igual que yo a ella, todos esos mensajes y hasta llamadas sin responder le han dado que pensar y ojalá no se haya rendido conmigo... sería entonces cuando mi corazón se rompería del todo.
