Abby no empieza con buen pie en la nueva ciudad, pero ella no sabe con lo que se va a encontrar al momento en que le brindan ayuda.
El amor puede con todo, pero, tal vez debes escoger a quien amar. Solo de vez en cuando. Porque nunca sabes cómo pued...
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Es el día de fin de año y ya es de noche, son las siete y cuarenta, Abby se está despidiendo de sus padres y seguro que diciéndoles cosas como les he dicho yo a los míos, de que no sean unos niños contando cosas o nos dejen con la vergüenza a flor de piel.
Finalmente se abrazaron y Abby, con esos pantalones cortos y su hoodie color amarillo que le llagaba casi al final de los pantalones, y sus zapatos Nike, con el cabello recogido por una pequeña coleta y sonriendo vino hacia el auto. Me abrazó y yo le di un beso en la cabeza sonriendo. Nos metimos en el auto y nos despedimos de sus padres hasta mañana que viniéramos a por nuestras cosas y ya volver a casa.
— Entonces vamos a la playa.
— Si, pero no a Santa Monica, quiero ir... a aquella playa. La que estaba escondida. Solo me has llevado una vez, y fue cuando acabábamos de conocernos hacia una semana.— Asentí.
— Por supuesto. No es día de ir a una playa que va mucha gente.— Sonreí.— Es día de ir a un lugar íntimo y tranquilo. Contigo.— Ella asintió sonriendo y agarre su mano.— Sobre el otro día...
— Daniel es buen chico, solo tiene que aprender a serlo. No creo que tarde demasiado, tiene 19, antes de terminar la universidad habrá madurado aunque sea un poco.
— Daniel y yo nos hemos arreglado, pero... el hecho de que quisiera oblígate a básicamente estar con él, no, no pienso perdonarle esto.— Suspiré.— El día que te pida perdón delante de mi, será el día en el que Daniel comprenda que no todo gira a su alrededor y que también hay más personas. Pero, por lo que pude ver, él y Franny se complementan muy bien.
— Cierto.— Dijo.— En el fondo, Daniel ya ha podido cambiar un poquito, lleva tres meses de relación, eso está bien.— Asentí.— Yo le dije la verdad aunque no quisiera verla. Se que a Franny no le gustaría saber que su novio me besó y me dijo que no me olvidaba y que la estaba utilizando. Pero sabes, no creo que la esté utilizando. Solo tiene que aprender a quererla más de lo que ya lo hace.
—¿Y si realmente no te ha olvidado?
— Daniel sabía que si no se esforzaba no iba a conseguir mucho conmigo. Y aunque lo hizo, se esforzó, siempre había algo que dejaba de verse como un esfuerzo y más una obligación. En Shanghai, todo fue muy extraño.— Sonreí.— Esos días, bueno, Emm... se puso celoso por cualquier cosa que Kuan me decía, los primeros días fueron bien, hasta después del recital. Me prepararon una noche de karaoke y lo pasamos genial. Pero después algo en él se veía incómodo. El sabía que si venía yo iba a estar mucho tiempo con Kuan, lo echaba de menos, hacía más de un año sin verlo.— Suspiro y asentí.— Cuando Corbyn llamaba y le preguntaba por ti rápidamente hacía algo para dejar de hablar de ti. Cuando llegamos, estaba molesto. Fue a partir de ahí que las cosas entre nosotros cambiaron.— Apreté su mano y la acaricié con mi pulgar.
