Desperté por los gritos desesperados de algún niño en la playa. Me había quedado dormida en la terraza.
El dolor de cuello por el sofá se extendió por toda la espalada al haber dormido en el suelo.
Me levanté despacio, apoyándome en la barandilla. Caminé hasta mi habitación y me dejé caer en la cama.
Dos horas más tarde desperté otra vez. Salí de mi cuarto y fui a la cocina a coger una manzana. Me senté en el sofá que tanto dolor de cuello me ha producido y puse la tele.
–¿Vienes?– preguntó Damiano entrando al salón.
–¿A ensayar?
Negó.– Vuelve Giorgia.
–¿No volvía en una semana?
–Le han cancelado las sesiones de fotos.
Me levanté del sofá y fui a mi habitación. Me puse una sudadera granate con unos pantalones negros y unas botas del mismo color que la sudadera. Me hice un moño desordenado y salí de nuevo.
Ambos salimos del edificio y nos montamos en el coche. Vivir lejos del casco histórico nos obligaba a tener que desplazarnos siempre en él.
–Ethan me vió.– Dije mirando por la ventana.– Me curó las heridas. Si no hubiese sido porque él estaba en el baño me hubiese cortado de nuevo.– le miré.– ¿Quién le iba a decir a la Helena de 16 años que estaría así por un cabrón?
–¿Ya no vas a terapia?
Negué. –Debería.
–Luego llamo a mi psicólogo, a ver si puedes empezar a ir.
El resto del trayecto lo pasamos en silencio. Aparcamos y nos bajamos del coche.
El vuelo ya había aterrizado y Giorgia no tardaría en aparecer.
No nos dió tiempo a entrar al aeropuerto cuando ella ya salía con una sonrisa de oreja a oreja.
Saludó a mi hermano dándole un suave beso en los labios, después se dirigió a mi y nos fundimos en un reconfortante abrazo.
(...)
Había estado libre de autolesiones cuatro meses. Ir a terapia me estaba ayudando mucho y cada vez me sentía mejor.
En este tiempo, Måneskin había ganado San Remo, por lo que representarían a Italia en Eurovisión.
Ethan y yo habíamos hecho muy buenas migas, hablábamos por llamada todos los días.
Todo estaba mejorando mucho a mi alrededor y el buen ambiente que había me hacía feliz. Feliz. Cuanto tiempo llevaba sin poder decir eso.
–Dice Damia que si vamos a cenar con la banda.– Habló Giorgia quien estaba sentada a mi lado en el sofá.– También irá Verónica.
–¿La hermana de Vic?– cuestioné incorporándome levemente.
Asintió. –¿No la conoces?
Negué.– ¿A qué hora?
La pelinegra volvió a dirigir su mirada al móvil y a escribir en él. –Les queda una hora de ensayo.– me miró. –En hora y media en Plaza España.
–Diles que sí.– me levanté. –Voy a ducharme.
Caminé hasta el baño. Al ver que las marcas en mis piernas y brazos habían desaparecido completamente, una sonrisa se formó en mi rostro.
No tardé mucho en ducharme y salir de nuevo del cuarto, caminando hasta mi habitación a vestirme.
Decidí ponerme un top blanco con una americana negra que le había cogido a mi hermano días atrás, un pantalón negro que imitaba al cuero y las botas militares negras.
Cada vez vestía mas parecido a mi hermano y en cierto modo, me agradaba.
Me hice el eyeliner y salí de la habitación.
–Que bonita.– Sonrió Giorgia al verme.
Le sonreí de vuelta.
–Me gusta verte feliz Helena.– volvió a hablar.– Estás mejorando mucho. Estoy muy orgullosa de ti.
Me acerqué a ella y la abracé. Nunca me cansaré de agradecer al destino, a Dios, o a la casualidad por poner a semejante mujer en mi vida.
(...)
–¿Esa es mi chaqueta?– mi hermano levantó una ceja al verme.
–Me queda bien, eh.– Di una vuelta para que me viese bien.
–Si te queda bien.– Intervino Ethan.
–Viéndome desde tus ojos todo me queda bien.– dije.
–Ojalá te vieras a ti misma desde mis ojos.– volvió a hablar.
Saludé al resto de la banda.
–¿Tú debes de ser Verónica?
La chica de media melena asintió.– Pero llámame Nica.– Sonrió.
–Soy Helena.– le dí dos besos.– Su hermana.– Señalé a Damiano.
Nica terminó de saludar a la gente y caminamos hasta el restaurante.
La banda cada vez estaba siendo más y más conocida, por lo que a menudo les paraban fans a tomarse fotos con ellos.
Recordaba la primera vez que alguien me reconoció. Iba con él. Aún no habíamos follado, por lo que nuestra amistad era algo muy bonito.
Antes de que todo se jodiera éramos grandes amigos.
–Vamos yendo al sitio.– Dijo Giorgia caminando.
Nica y yo la seguimos.
El restaurante era bastante lujoso y caro. Bastante caro. Era de esperar, era la zona turística de Roma.
AAAAAA perdón por demorarme en actualizar, pero como ya dije en la historia de Thomas no estoy muy inspirada últimamente. Anyways gracias por el apoyo <3
ESTÁS LEYENDO
Lasciati amare [Ethan Torchio]
RomanceElla estaba rota. Ella fue quien se rompió, quien se destrozó cada vez que se enamoraba. Y entonces llegó él. Con la intención de curar todas sus heridas, de hacerla olvidar a esas dos personas que la jodieron la vida. Llegó Ethan, el baterista de M...