💢NUEVE

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Heather Kennedy Bridget

Me duele más el corazón que mi cabeza a causa del alcohol ¿Cómo es eso posible? No lo sé, ni me importa, lo único que es importante es un mensaje me levanto entre la oscuridad de las 4 de la madrugada. Era Jeff.

-Ojala sea algo bueno-exclame mirando la pantalla

"Estoy en casa de Evan, necesito que nos recojas. Es una EMERGENCIA"

El mareo se intercambió por un sentido de alerta combinado con nauseas, Mike está demasiado dormido como para si quiera notar que dormía sobre la alfombra ¿realmente terminamos las botellas? No creo poder conducir, aunque cabe mencionar que no encontré las llaves del auto de Mike, es la única razón por la cual decido llamar a un taxi... Al darle la dirección le pedí que acelerara más de los límites por lo que llegamos en poco tiempo, pague rápidamente, aunque no estoy segura de que haya sido la cantidad, creo que le di un billete de 200 en lugar de 20 ¿eso que importa? No, porque que si Jeff dijo que es una emergencia ¡al carajo lo demás! Además, el tipo no se molestó en decirme nada.

Siento que es como el dicho: "si todos tus amigos se lanzan de un puente ¿lo harás tú también?" Realmente eso me hace darle vueltas al asunto, debería de haber llamado a Michael y a Vincent, a Alex no, Jeff no me perdonaría si lo llamo, además de que apenas y puedo cuidarme a mí misma en esta situación, aun tengo nauseas, aunque no tengo el estómago para soportar el maldito miedo, deshecho todo enfrente de aquellas flores a que plante hace semanas.

Estúpidos lirios, tanto tiempo en el sol para que estén absorbiendo el maldito vomito de pizza y alcohol, mi respiración no ayuda en nada sin embargo solo siento que mis piernas avanzan hacia la entrada principal introduciendo aun la llave que tenía, debería devolverla ya. Lo haré esta misma noche, así tendré a un amigo de testigo. Debí de haberla devuelto cuando estaba Vincent también presente no tendría mas rodeos.

Todo está en total oscuridad, por lo que avanzo entre cada pasillo sin ninguna pista de los chicos.

- ¿Jeff?... ¿Evan? -exclamo sin ningún éxito, suenan cosas cayendo desde el sótano dieron un indicio de estar ahí, puede que uno de los dos se haya roto un hueso ¿Por qué no llamaron a una ambulancia? bajo con cuidado, lo último que recuerdo no haber reparado en esta porquería es la instalación eléctrica de las escaleras del sótano, caída tras caída sobre mis rodillas me hacen recordar el maldito celular en la bolsa trasera de mi pantalón ¿algo mas se me esta olvidando aquí? Me desconcierta que las estúpidas luces principales están apagadas por lo que la poca luz de mi celular me hace ver por fin en el infierno en el que estoy dentro.

La sangre abunda en las paredes y las cosas esparcidas por el suelo no ayudan a mi poco equilibrio, cuando caigo por cuarta vez de rodillas, solo puedo alzar la mirada, sé que he llegado al final por no ver más escalones, pero cuando todo se aclara mi alrededor, puedo ver a Jeff amarrado con sangre a su alrededor y a Evan al lado de él sosteniendo un cuchillo muy cerca de su cuello.

Antes de poder moverme, alguien me cubrió la boca y cerro su brazo alrededor de mi cuello. El efecto de poco aire hace efecto de inmediato el fuerte agarre no me deja hacer nada más que ver como sonríe el lunático de mi exnovio al ver como cierro los ojos...

(...)

El dolor en mi cabeza me hace querer arrancarla, al abrir mis ojos admiro que estoy en una habitación... En casa de mi madre y hermanos cerca de Nueva York.

- ¿Fue un maldito sueño? -¿esto se acabó? Fue un loco sueño. ¿Jeff? ¿Evan? ambos... debe de ser un sueño, quizás jamás me fui y es cosa de mi cabeza enferma. O peor, si tengo algo en la cabeza y nada de eso paso, solo significa que sería volver al inicio, reviso el calendario abandonado en una esquina de la habitación, creo que sí es la fecha que debe ser. ¿Por qué hay tanto silencio? En esta casa o lugar que este mi familia NUNCA existe el silencio, dudo que estén dormidos, las ventanas dejan ver un hermoso día soleado. Con un movimiento poco ágil me levante de la cama, la jaqueca está presente, y mi cuerpo destila olor a alcohol, no pudo ser un sueño.

Corte AtrozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora