🔍VEINTITRES

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Heather Kennedy Bridget

La tensión se siente en un segundo cambiante ¿Cuánto tiempo necesitamos antes de volver al miedo? Se los malestares que puede tener este hombre, no hay manera de presionarlo ante sus dificultades, Él se siente mal, debía reposar porque no importa que pase, esto solo tiene un final. Sé que soy una estúpida al no detenerlo en que dejara el trabajo de forzar la cerradura a Vince y a mí. Sin embargo, se ve demasiado furioso en una rara mezcla de angustia y desesperación que me impide si quiera acercarme. El ruido de la madera siendo golpeada me hace pensar en las posibles mezclas de material para que no caiga a pesar de los intentos de dos hombres adultos pateando esa maldita puerta llena de perdición a cualquiera que la atraviese.

Forzar la cerradura únicamente nos ha dado dolores de cabeza, dejándome fuera del proceso hasta el punto de que incluso las patadas no den resultado.

Rápidamente puedo ver el cansancio mezclándose con la angustia de no ser lo suficientemente fuertes. Puedo ver aquel cambio en cámara lenta, el cabello hecho un desastre dejando de cubrir su mirada de cachorro asustado a una llena de sadismo, con una pequeña sonrisa, dejando ver aquella dentadura sin prisas.

Aquellos ruidos que llenaban la habitación se han convertido en un hombre solo golpeando la puerta al lado de un asesino sin moral.

—¿Evan? — aun cuando sé que no es él, mi corazón late con la esperanza que solo se trate del inicio de una broma de pésimo gusto, aquella ilusión se rompe a pedazo cuando voltea en mi dirección sonriendo y con ojeras casi negras enmarcando sus ojos claros, cambiándolos en todo sentido.

La falta de respuesta deja inmóvil a Vincent el cual se limita a míranos como cirqueros, puedo sentir la cercanía de Habit encerrarme entre sus brazos en una pésima imitación a un abrazo, su respiración tranquila únicamente eriza mis sentidos.

—Esto no puede estar pasando —esa voz débil demuestra mi deseo de intentar hacer que me suelte, aun así, mis pensamientos derivan en una; sin Cassandra no se usar la ruptura además de que mi vida no se deriva del deporte soy como el 98% de la sociedad que se dedicaba a una vida sin alguna actividad física.

No hay fuerza, no hay voluntad ante una pelea.

Cuando ya he perdido hasta mi espacio vital.

—Pero si está pasando, hablare claro; habrá una visita nueva por lo que solo debes arreglar el almacén— su agarre se desvanece al mismo tiempo que se dirige a las escaleras donde Vincent se le adelanta encarándolo.Da miedo solo verlos y saber de qué a pesar de la estatura de Vincent no ganara, dentro de mi cabeza no da merito a lo que ocurre, se supone que el medicamento debía darnos al menos 3 horas.

—Nadie más será tu visita—el tono autoritario de Vincent no genera ningún temor, solo parece una sugerencia.

—Están en mi casa y se hace lo que dicte. Vinny prepara un té de limón y la cámara. Heather solo limpia lo que te dije. ¡AHORA! —

—Vete al demonio—todo mi cuerpo actúa por una inercia increíble al colocarme al lado de Vincent

—No hagan esto difícil, ya es bastante con traer a Andersen...—

—¡DÉJALOS FUERA DE ESTO! —aquel grito inicia que lance un puñetazo directo a la nariz, golpe que solo enfurece en lugar de dañarlo, la habitación se queda convertida en un campo de batalla, provocando que me acorrale contra la pared rompiendo un espejo colgado, aquellos trozos que caen al suelo y otros en mi nuca no son tan graves, afortunadamente Vince reacciona rápido logrando separarlo de mi antes de algún daño mayor.

Corte AtrozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora