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Me casé con el comandante Erwin Smith a temprana edad porque sentía que le debía algo, tenía que pagarle todo lo que hizo por mí así qué de alguna manera accedí a su propuesta de matrimonio por el simple hecho de que fue el único quien me ayudo después de varios infortunios de mi vida.

Yo sé que él me ama, varias veces me lo ha demostrado a través de atenciones y no hablo de acciones románticas sino en esos detalles que cuando realmente necesitas de alguien y allí están para ti, el comandante Smith pago el funeral de mis padres cuando me encontraba en la miseria y no sabía cómo hacer para darles descanso a sus cuerpos sin que el sepulturero se aprovechara de mí, ya que el muy sinvergüenza conocía mi situación económica y me presionaría para que pague de algún modo o no me entregaría sus cuerpos, no socorrí con nadie sin embargo Smith se enteró de este acontecimiento pudiéndome ayudar en el momento exacto. Cuando murieron mis padres me aventure a buscar a mi única hermana que se había casado y no respondía a ninguna de las cartas que le había mandado con la terrible noticia. Al llegar a su paradero "por decir así" me encontré con una lista de fallecidos por peste en la cual se encontraba ella, su esposo e incluso su pequeño hijo que una vez me menciono en uno de sus telegramas; yo ya no tenía a nadie, los conocidos que tenía la guerra se los llevo, encontrándome sola en esta desesperación solo se me ocurrió ponerme en cuclillas en una de las habitaciones que solía ser la casa de mi hermana y sin darme cuenta había pasado días en ese estado tornándose todo de negro hasta que Erwin me encontró, solo podía oír que me decía algo pero no lograba entender, siendo mi última vista él.

Desperté nuevamente en un hospital militar, no tenía fuerza sino hasta que paso unas semanas y me pude sentar en la cama, viendo que el comandante estaba a mi lado, cuando el vio que pude moverme tomo mis manos, siendo una sensación gratificante ya que las mismas estaban tibias.

—Gracias a Dios despertaste — El exclamo, yo solamente tenía la mirada perdida y solo podía pensar en mis padres, mi hermana y como me las arreglare para seguir adelante con este dolor, articulando una respuesta sin pensar

— Hubiera preferido morir— Ante tal declaración sentí el apretón de mano que me dio Smith, reprendiéndome acerca de lo recién dicho y lo demás no le preste atención, respondiéndole desinteresadamente y sin pensar, con mi última energía, recuerdo que le dije que no quiero verlo más, deshaciéndome de su agarre de una manera brusca para darle la espalda y evitar que me viera llorar por enojo, tristeza o sensibilidad, fuera lo que fuera no quería que me viera así, venciéndome el cansancio me dormí nuevamente y cuando volví a despertarme el ya no estaba a mi lado sino que estaba afuera a la par de la puerta de la habitación.

Luego de unas semanas yo ya estaba repuesta y apunto que me dieran el alta, apareciendo nuevamente el, actuó como si nada hubiera pasado dándome la noticia que ingresaba a la Legión como su recluta, por un lado esta noticia era un rayo de luz en tanta oscuridad ya que podría ver por mi futuro sin necesidad de ser hostigada por idiotas adinerados de clase alta y por otro lado me sentía miserable el hecho de haber tratado tan mal a Smith cuando él se preocupó por mi todo este tiempo, siendo insuficiente una disculpa. En ese mismo momento le agradecí al comandante y prometí serle leal y poner todo mi esfuerzo para estar a sus expectativas

— Te veré, tan pronto salgas del hospital — Me miro por un tiempo con una sonrisa tierna, en el cual no le pude corresponder, su presencia me hacía sentir un poco extraña y al cabo de un tiempo sólo lo mire de reojo y asentí para terminar la conversación

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Tal como dijo me reporte ante el comandante justo como el me lo había ordenado, siendo su soldado más fiel durante todo el tiempo que he estado a su lado, sea lo que fuera que Erwin ordenara yo lo ejecutaría sin rechistar, nunca podre pagar todo lo que hizo por mí que de no ser así, en estos momentos estaría trabajando en cualquier taberna lidiando diariamente con borrachos atrevidos y en el peor de los caso habría terminado en un burdel o prostíbulo dado que no me darían trabajos de fuerza por ser mujer y mucho menos como sirvienta porque no tengo un nivel de estudio considerado, gracias a Erwin soy más instruida, tengo mi salario en el cual no acepte que fuera diferente al del resto y puedo ser alguien digna de respeto, diferente a lo que aspiraba sin su ayuda. El comandante a pesar de todo lo que hizo jamás me lo recrimino, no se tomó confianzas indebidas, nunca se atrevió a recordarme los incidentes y condiciones pasadas y mucho menos me falto el respecto, él es una persona digna de admirar.

Las veces que estuve con el "Erwin Smith"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora