Katsuki Bakugou

22 0 5
                                    

Volvía a casa a altas horas de la noche después de un largo día entrenando, me ayudaba a reflexionar sobre la manera de mejorar como persona. Muchos me solían reprochar mi mal humor y orgullo, pero yo no elegí ser como soy, y supongo que eso no lo entendían.

Saqué las manos de mis bolsillos para abrir el pomo de la puerta, pero mi madre ya estaba esperándome allí mismo y escuchó mis pasos. "Mierda", solo pensé eso en cuanto la vi con su ceño fruncido.

-¿Qué hacías tan tarde?- preguntó y después soltó un suspiro sabiendo que no obtendría respuesta; sin embargo le respondí, pero no sinceramente.

-Estuve con Izuku- nosotros éramos amigos desde niños por lo que no levantaría sospechas. Prefería mentir sobre que había estado con mi rival a que ella descubriera que sobrepasaba mis límites intentando superarme.

-Intenta no volver tan tarde otra vez- dijo finalizando la conversación y cerrando los ojos profundamente a causa del cansancio.

Daba pasos lentos y pesados en dirección a mi habitación y mi madre a la suya.Ella esperó a que yo entrara primero asegurándose que no me quedaría más tarde haciendo cualquiera de mis idioteces, pero, ella sabía que me pasaba las noches en vela revisando mi teléfono esperando la llamada o mensaje de alguien.

Mis "amigos" tenían otros planes de vida y no querían juntarse conmigo más, tal vez porque nuestras carreras se separaron y yo empecé en la UA, o porque me había vuelto demasiado débil en algunos aspectos. Me había convertido en un antisocial, hasta el nerd tenía más amigos que yo, y eso era miserable; aún así tenía que mostrarme fuerte incluso ante él, los demás tenían que verme lleno de orgullo, y no con inseguridades.

...

Desperté a las 2 p.m. , demasiado tarde como para tomar un desayuno, pero estaba muerto de hambre porque ayer apenas había comido.

-Joder que hambre- se me apetecía unos huevos con bacon, o por lo menos una buena comida para almorzar.

En la casa había un gran silencio que me dio a entender que estaba solo. La nota pegada con un imán en la nevera me lo afirmó, "Hemos salido a comer, tu padre te ha dejado la comida dentro". Por lo menos habían dejado comida y no la tendría que preparar yo.

-Macarrones, genial...- hablé sarcásticamente como no, con la hambruna que tenía unos macarrones no eran suficientes para saciar mi apetito.

Igualmente me comí los macarrones y un poco de fruta después, mi estómago seguía vacío. No podía quedarme así, entonces agarré las llaves y mi cartera para salir a comprar, aunque fuera unas patatas de bolsa que pudieran llenarme un poco.

Salí a la tienda que se encontraba cerca de un río, tampoco me importaba si tenía que andar más o menos mientras pudiera coger algo que me gustase, esa tienda tenía cosas bastante gustosas a buen precio; todo el mundo iba allí, pero no a esas horas, obviamente estaban comiendo en casa o descansando antes de empezar su rutina de trabajo.

Entré a la tienda con la cabeza baja intentando abrir la cartera y pensando en qué pediría; pero alguien se topó en el camino tropezándose conmigo.

-Mira por dónde vas- dije con un tono borde y desagradable.

-Oh, perdóname- esa voz me resultaba familiar, pero mis oídos no lograron reconocer bien de quién era la voz.

Aparte de nuestras diferencias  [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora