Katsuki Bakugou

13 0 0
                                    

Me quedé revisando el móvil tumbado en el sofá de mi casa. Me daba dolor de cabeza estar en esa postura pero el teléfono estaba demasiado entretenido como para cambiar mi posición ahora.

Parecía ridículo viendo eso, incluso mis padres cuando llegaron se rieron diciendo que todavía me había quedado en mi infancia, obviamente lo decían de broma, pero, me hizo pensar que sí.

Hice todo lo que se me pasara por la cabeza, el aburrimiento pudo conmigo, porque obviamente no iba a salir a la calle a encontrarme con el inútil, cualquiera de sus amiguitos, o peor aún, su "amiguita" especial. Entonces decidí hacer algo con el teléfono, ahora me encontraba viendo las fotos de cuando era pequeño, parecía que los años no me habían cambiado, era igual en actitud y un poco en el físico; pero algo sí cambió, y me di cuenta cuando encontré una foto en la que estábamos Deku y yo.

-Izuku y tú os llevabais muy bien desde pequeñitos- mi madre se había fijado en la foto, que vergüenza.

-¡No me mires el móvil!- si iba a mirar, ¿no podría haber sido en otra foto?

-Por cierto, tu padre y yo lo hemos visto llorando camino a casa- ojalá no les dijera nada de mis entrenamientos o cualquier cosa que pudiera enfadarlos.

-¿A-ah sí?- no sonó muy convincente, pero tampoco como si estuviera mintiendo.

-¿No has ido a verlo?- seguro que me mandaría a saber qué le pasaba, no quería ir, la cosa es que no le podía decir a mi madre que no, porque supuestamente era mi amigo.

-No he ido a verlo y tampoco sé qué le pasa- estaba respondiendo la verdad, aunque no todos mis pensamientos.

-Vale pues ve- me gustaría haber dicho que no.

-Iré con él entonces- sin embargo dije que sí, y sabía que si no iba podría descubrir lo que hago.

Me levanté del sofá e intenté dirigirme hacia la puerta sin tener una cara de asco. Todo porque el inútil no sabía quedarse quieto y no intervenir en los problemas de los demás, ya se lo decían en la academia, pero solo como héroe; "algunas veces no te tienes que meterte en problemas tan grandes y esperar que los demás ayuden, Midoriya", solo faltaba que aplicará esa regla en su vida diaria, aunque de qué me voy a extrañar si ni en su vida académica lo hacía.

Extrañada y curiosamente, aunque fuéramos enemigos, yo sabía dónde estaba su casa, y él la mía. No nos solíamos ver muy a menudo, de hecho nunca, a no ser que se tratara de la academia o un encuentro casual por la calle.

No fue un camino tan largo hasta llegar a su casa, pero sí fue muy pesado porque en mi consciencia sabía que yo no quería estar allí no aunque me pagasen. Algún día mentir me iba a salir mal y ya estaba empezando a dar efecto.

*Toc, toc*

Me quedé esperando en la puerta y escuchando los pasos que se iban aproximando a la puerta, eran lentos, puede que fuera la madre del idiota, o él mismo. Pude saberlo en cuanto abrió la puerta.

-Oh, que sorpresa Katsuki- su madre siempre confiaba mucho de que todos éramos amigos de su hijo, y que lo amábamos porque su hijo era muy bueno.

-Hola señora Midoriya, ¿se encuentra Izuku en casa?- me estaba preocupando por su hijo de forma "desinteresada", y está mentira seguramente también me cobraría factura.

-Se está bañando, pero puedes pasar.

-Muchas gracias señora Midoriya- para ser sincero, me dolía engañar a su madre solo por mis propios beneficios.

-¿Quieres unos dulces o galletas mientras esperas?- se nota que el inútil había sacado las costumbres de su madre.

-Sí, por favor.

Aparte de nuestras diferencias  [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora