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HIRVIENDO DE INDIGNACIÓN CERRASTE LA PUERTA principal detrás de ti, saboreando los pocos segundos de soledad que tenías antes de que Jean te siguiera clamorosamente.
—Ya te lo dije, y te lo estoy diciendo, de nuevo, ¡no sabía que ella iba a estar allí!— Jean insistió, sus pisadas te exigían el rabo mientras te seguía a la cocina. Sus dedos estaban entrelazados descuidadamente en su cabello, una demostración abierta de su estrés.
Apresuradamente arrojaste tu bolso sobre la encimera, sin prestar atención a la forma en que se deslizó por el granito y casi se cae al suelo —Mierda, Jean. Fue tu jodido evento, ¿Cómo no sabías que ella estaba allí?— Le dedicó una mirada furiosa, era la primera vez que lo mirabas desde que ustedes dos dejaron el lugar.
Durante todo el viaje a casa, Jean había intentado entablar una conversación, preguntándote si lo habías disfrutado y tratando de solicitar tu opinión sobre cómo le había ido en la coordinación del evento histórico de su empresa.
Tras el cierre exitoso de un gran acuerdo de riesgo y la expansión de la corporación, su jefe le había confiado la organización de una velada de empresa para celebrar, y si el evento de Jean había logrado realizar sin problemas, una posible promoción estaba en las cartas para él.
Sin embargo, para gran confusión de Jean, estuviste callada en sus respuestas, principalmente dando respuestas de una palabra y pocos elogios.
Después de una insistencia implacable, espetó, admitiendo que estaba irritado después de ver a Jean hablando con Aneko, una vieja compañera de trabajo y amiga suya. Desapareciste solo por un momento para usar el baño, pero cuando regresaste, los dos estaban absortos en lo que parecía una charla interesante. Ver la forma en que Jean se rió después de todo lo que dijo provocó que la agitación en la parte inferior del estómago le subiera a la garganta.
Nada fue tan gracioso.
—Tal vez pasado por alto su nombre en la lista de invitados— Los dedos de Jean dejaron su cabello y se envolvieron alrededor de su corbata, tirando para aflojarla.
