"Hasta la tormenta seguiré al lobo más fiero, para dar por fin con tu corazón terco"
Otra vez me encontraba en mitad de la oscuridad; como el frío y oscuro espacio, junto a esa esfera de luz frente a mí. Esta parpadeaba y emitía una luz intensa, pero cálida y reconfortante. Alce mis manos para tocarla y al sentir el roce de esta en mis manos empezó a emitir una fuerte energía a la vez que destelleaba con una fuerte luz, como la del mismísimo sol. De repente esta se hincho como una burbuja y exploto en mis manos con un fuerte destello de luz y fuego, soltando millones de chispas como estrellas a mi alrededor, mientras una esfera más llameante y brillante quedaba en mis manos. A la vez que las chispas brillantes de fuego se acercaban a mí, como miles de luciérnagas brillantes y eran absorbidas por mi piel. Entonces una ola de energía y fuego recorrió mis manos, mientras esas chipas de fuego se introducían atravesaban mi piel y recorrían mis venas como si fuese mí misma sangre. Lejos de sentir miedo o dolor al ver esto, me sentía pletórico y eufórico, como si estuviese completo y rebosante de poder. Entonces todo a mi alrededor cambio y ahora me encontraba a las puertas de ese increíble y majestuoso templo, con decoraciones doradas y de mármol, dos grandes leones alados de piedra y oro custodiaban las puertas, intimidantes, pero majestuosos; como ángeles salvajes, y en medio de las puertas una mujer. La mujer tenía el rostro borroso, pero pude ver como esta sonreía con lo que parecía ser una expresión alegre. Al verla por alguna extraña razón sentí mi corazón vibrar de alegría y nostalgia. Este alzo una mano frente a las puertas y con un sencillo movimiento se abrieron por completo. Luego esta me hizo un gesto con la cabeza para que la siguiese hacia el interior del templo, y yo lo hice. Una vez dentro la seguí por distintos pasillos hasta una gran sala de estatuas, todas tapadas cubiertas por sábanas blancas. Aún lado pude ver una destapada que llevaba escrito mi nombre, pero esta vez no nos detuvimos hay, sino que pasemos de largo y seguimos hasta el final del pasillo donde había una gran esfera llameante refulgiendo de luz. Alrededor de esta había varias estatuas colocadas rodeando la gran esfera de fuego. La mujer rodeo esta y se paró frente a una ellas. Luego me miro y levanto una mano cediéndome el paso para que le quitase la sábana y la descubriese. Cuando destapé esta me encontré a dos bebes cargados en los brazos de una mujer de rodillas en el suelo, con los ojos cerrados y con una expresión de dolor y tristeza. Al ver a la mujer sentí un terrible dolor, tanto como si me arrebatasen mi propio corazón. Luego miré a los bebes y estos eran casi idénticos, solo con pequeñas diferencias, como uno tenía el cabello blanco y de un tono plateado, mientras que el otro era de un rubio claro e intenso como la fulminante luz del sol. Luego cada uno tenía un pequeño símbolo en el pecho uno de un sol y el otro de una media luna. Ambos bebes tenían en sus manos lo que parecía ser un juguete uno de un león y el otro de un ciervo. Ambos estaban envueltos en trapos y cada uno sobre un brazo de la mujer, estos se sujetaban al pecho de su madre con una expresión lastimera. Por un leve momento pude oír el llanto de uno de los bebes en mi cabeza, pero cuando bajé la mirada para leer la inscripción, el bebe rubio abrió los ojos y de ellos emanaron una fuerte luz que no llegue a poder leer lo que en esta ponía. Entonces el destello fue más fuerte y me acabo absorbiendo; en un torbellino de imágenes mientras escuchaba el llanto del bebe.
Al disiparse aquel torbellino, pude ver que me encontraba en mitad de lo que parecía una isla. Pudiendo ver la orilla de la playa donde las olas del mar se disipaban como espuma en la arena. Luego a mi alrededor un conjunto de palmeras y lo que parecía ser un bosque. Entonces el mismo llanto del bebe que escuche antes atrajo mi atención en dirección al interior del bosque. A la vez una voz se escuchaba en el cielo, una voz un tanto familiar, una voz firme de mujer.
<Hace miles de años, en una isla perdida lejos de los ojos de los dioses. Una mujer huía de la ira de uno de ellos, por lo que esta llevaba en su interior, algo por lo seria perseguida hasta la muerte.> Mientras aquella voz sonaba en mi cabeza o en los cielos, yo me limite a correr en dirección al llanto de ese bebe, conforme llegaba me di cuenta de que el llanto no era de solo uno si no de dos, que lloraban con fuerza mientras escuchaba el grito de una mujer.

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El Sol Poniente
Teen Fiction"El me miró y sonrió, acerco sus labios junto a los míos, sintiendo su aliento junto al mío y el aroma de su piel. Al unir nuestros labios sentí una chispa eléctrica encender mis nervios, el movía lentamente su boca consiguiendo que la mía siguiera...