Los tres nos hemos quedado helados. Ellos seguramente por el poder de la maldición, mientras que yo porque puedo sentir el aura de Sukuna en su ámbito más natural. Con Itadori no es lo mismo. Es un recipiente humano. Su parte mundana cubre, de cierta forma, un poco de su aura; al igual que yo. Sin embargo, ya que un espíritu maligno posee uno de los dedos, se asemeja más a su energía maldita de cuando tenía sus dos caras, cuatro brazos y casi dos metros de altura.
Itadori intentó atacarlo, pero no tuvo éxito. El espíritu rompió su arma y cortó su mano. Lanzó otro golpe. Impactó en el rostro de la maldición. Justo después de eso, Sukuna apareció en un lado de la cara de Yuji.
—No quiero— bufó seguro de su respuesta.
Eso me hace pensar que, dentro debí, Itadori le pidió ayuda a Sukuna. Para ser sincera eso ha sido una completa pérdida de tiempo. Si no hay una clase de beneficio para él, claramente no lo hará. No, dejando de lado el beneficio, si no se va a divertir o matar a alguien, simplemente no lo va a ceder.
—Aunque se extinga mi yo dentro de ti, todavía quedan otras 18 partes de mi espíritu. De todas maneras, muy a mi pesar, yo no soy el que controla este cuerpo. Si quieres cederme el lugar adelante— sonrió sádico—. Pero, en ese momento, antes de la maldición mataré primero a ese mocoso Fushiguro de ahí. Y luego a la loca de Kugisaki. Esa se ve muy activa, me divertirá mucho.
—Yo no voy a permitir eso— Yuji habló con molestia.
—Supongo que no. Pero si te enfocas demasiado en mí... Tus compañeros van a morir.
Una gran explosión hizo que los chicos se separaran entre sí. El grado especial había lanzado energía maldita pura. Me sorprendió la rapidez con la cual la acumuló para luego escupirla por la boca. Incluso a mí me tomaría unos segundos más acumular tanto poder. Debe ser el dedo de Sukuna que le agrega potencia. Si puede lanzar más de esos en poco tiempo, estamos muertos. Todos.
Incluso si Megumi le pide que escapen, el chico de cabello rosa se niega a ello. Dice que alguien debe distraer al grado especial en lo que el otro busca a Kugisaki. Por supuesto, él es quien quiere distraerlo. Tiene la necesidad de salvar a todos, a quienes más pueda. Viendo la situación, él sería el primero en morir en esta situación.
—Voy a estar bien— aseguró él—. Si Nakamura-san está aquí, lo estaré. Después de todo, no creo que Sukuna deje que le pase algo.
Ya entiendo. Se arriesga porque sabe que, en caso de ser necesario, Sukuna cederá ante él con tal de protegerme a mí. Bueno, al fin la loca obsesión de ese rey tendrá un buen uso. Itadori sabe aprovechar la situación para tenerla a su favor. Solo espero que, lo que sea que tiene planeado, funcione.
Fushiguro cedió ante la petición de Yuji sobre dejarlo solo. Se fue a buscar a Kugisaki.
La maldición no deja que el tiempo se ponga en su contra. Inmediatamente lanza un ataque que manda volando a Itadori contra una pared. Ante esto, lanza otro. Me sorprende que, tras esos dos, el chico aún siga consciente. Un tercer ataque. Esta vez levantó la mano como si eso fuese suficiente para protegerse. Como resultado de ello, sus cinco dedos fueron rebanados por la energía maldita que le fue lanzada.
Incluso si grita en señal de que no se ha rendido, recibe otro ataque que de nuevo lo lleva a chocar con la pared detrás de él. Ahora no se mueve, se mantiene ahí. En estos momentos, parece que el espíritu se divierte tanto con él que yo he desaparecido de su campo visual. No me toma en cuenta. Realmente quiere matar al chico para luego seguir con los demás.
—Me creía mucho— habló en un tono bajo—. Pensé que era tan fuerte como para elegir mi propia muerte. Pero estaba equivocado. Soy débil. ¡Ah! ¡No quiero morir! ¡No quiero! ¡No quiero! Pero... voy a morir.
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C U R S E D||Sukuna
Fanfiction¿Cuándo fue la última vez que me sentí libre? ¿La última vez que no me vi envuelta en sus manos? ¿La última vez que pude respirar? ¿Cuándo fue que Sukuna me miró a los ojos mientras mi alma escapaba de mi cuerpo? Estoy maldita. Eso es lo único que i...