● lenguaje obsceno.
● mención de temas fuertes (Sangre, drogas, violencia)
● +18 (Hard, lemon)
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Igor disfrutaba de la vista, hace pocos minutos el local estaba lleno de gente a reventar, bailaban y se divertían bajo las luces color neón del bar, algunos bebían y otros se drogaban disfrutando de la fiesta.
La última fiesta de sus vidas y más que la mayoría era de una mafia rival que jodia a su jefe, así que su trabajo era sencillo acabar con todos en una sola noche.
Música moderna resonaba aún dentro del antro, era una lástima no poder torturar a cada uno a su modo, un desperdicio de tiempo.
Todo dentro del lugar estaba bañado en sangre, cuerpos apilados en varias partes y el olor a óxido se mezclaba con el del alcohol.
De la sala donde estaban las cámaras de seguridad y la caja fuerte salió el italiano menor, sosteniendo una bolsa llena de billetes grandes, joyas, armas y lo más importante USB's llenos de información valiosa que necesitaban para cazar a los demás integrantes.
Avanzaba a paso lento y tranquilo, era una escena sumamente cruel a vista de cualquier persona normal, siendo mafiosos un sábado por la noche era mejor pasarlo asi, demasiado divertido.
Carlo llegó a su lado con esa sonrisita triunfal que le encantaba, sin perder tiempo Igor lo besó de forma desesperada, manchando su ropa con sangre de las víctimas al apegarle.
El italiano correspondió de forma fogosa, besos muy lascivos y sucios, le encantaba dejarse dominar por el cyborg, el ambiente se volvió caliente entre los dos.
Para cuando se dio cuenta Igor lo tenía acorralado contra la barra de las bebidas, tirando todo a su paso, igual nadie se quejaría por el desastre. Dejo caer la bolsa al suelo, agradecía que fuera impermeable y no le reclamaran después..
Mordió su cuello dejando marcas rojas, sacándole varios suspiros, actualmente era una presa entre las garras de un depredador muy hambriento y necesitado.
Su ropa fue abierta por el mayor, con manos habilidosas y expertas tocaban cada parte de su torso, dejando a su paso marcas con sangre de los rivales.
Las caricias y los besos apasionados, le quitaban la poca cordura que tenia, era muy peligroso quedarse aún dentro del local, la policía no tardaría en llegar.
Pero se sentía tan bien ser tocado por el mayor, su aroma a vodka con limón junto a los roces de su mano sobre la ropa, especialmente en su miembro lo enloquecian, sacándole gemidos ahogados.
Justo cuando le separó sus piernas, reaccionó, beso al ruso obteniendo su atención.— Espera...
— No, quiero hacerte mío ahora.— mordía su piel dejando chupetones en su clavícula.
Puso sus manos en el pecho del otro deteniendo le, hablando de forma seria.— Aquí no, amor vamos a casa!
Nego, algo molesto necesitaba poseer al hermoso hombre de ojos azules como el cielo.— Carlo te deseo ahora.
— Joder Igor, yo quiero que me folles, pero si llega la policía estamos perdidos, aún tenemos que entregar esto.— Señalo la bolsa.
El ruso entendió, estaba muy excitado ver a Carlo durante casi toda la noche bailando de esa manera tan sensual y coqueta, incitandole desde lejos al bailar con cualquier chica o chico que se le cruzara, la lujuria y los celos, le cegaron por completo.
Lo último que quedó de su cordura se fue al verle lleno de sangre, se veía tan hermoso cubierto de aquel líquido carmesí.
Era como ver a la misma muerte y lo amaba en esa faceta.