Capítulo 4

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Kassia

-¡Ay dios mío!, ¿qué hago? -Dije mordiéndome las uñas y super nerviosa, no a todos le pasa que un chico que ni conoces se desmaye delante tuya. Sabía que tenía que hacer algo rápido, no podía dejar a ese chico ahí tirado aunque haya sido un capullo conmigo. <<¿Y si le da un ataque al corazón o se ahoga?>>, deseché esa idea de mi cabeza porque sinceramente si me ponía así de nerviosa, si que podía pasarle algo.

Intenté recordar algo de qué hacer en estas situaciones pero mi memoria de pez me dificultaba, creo que era algo de poner los pies en alto o algo así pero por si acaso lo llevé lejos de la puerta, cosa que me costó porque ese chico pesaba más de lo que creía. Después de llevarlo lejos de la puerta, lo puse al lado de la chimenea para que no le entrara frío y le puse una almohada porque aunque no lo conocía, no iba a dejar una persona en esas condiciones sin que estuviera algo cómodo.

Subí al cuarto de mis padres para coger algo de ropa seca para él, y sí, sabía que tendría que quitarle la ropa y lo vería desnudo y solo con esa idea ya me estaba incomodando, nunca había hecho esto y menos cuando está inconsciente pero no iba a dejar que le diera algo y menos en mi casa, aunque supiera deshacerme de los cuerpos gracias a la tele y los libros, pero yo no era así. Después de unos cinco minutos, me decanté por un pijama celeste de dos piezas con botones de mi padre, no quería tener que durar mucho cambiándolo.

-¡Auch!, maldita escalera -Mascullé después de caerme al suelo gracias a la barandilla de la escalera. Parece que le caigo mal a esa barandilla, porque siempre me hago daño con ella y mira que estoy pendiente cuando bajo la escalera.

Cuando me encontré frente a él me sonroje y mira que aún no lo toqué, pero no podía negar que era guapo. Era alto, el pelo era marrón y ondulado y se podía distinguir que era algo esbelto y para mí era normal sonrojarse ya que por allí no hay chicos así, solo esperaba que no fuera alguien arrogante como Anthony y su grupo. Lo incorporé y empecé a quitarle la ropa sin mirar mucho aunque era imposible sobre todo a la hora de quitarle los pantalones. No me juzguéis, eso es lo que pasa al leer tanto pero supongo que más de uno en mi situación haría le pasaría lo mismo. Después de cambiarle la ropa, metí su ropa a la secadora aunque no lo prendería hasta que se despertara, no quería arruinar su ropa y que nos enfadáramos más, suficiente tuve cuando me empujó.

Después decidí ir al botiquín por alcohol, supongo que con el olor del alcohol despertaría o eso es lo que he visto, de todas formas no perdía nada por intentarlo.

Después de coger el alcohol y unas gasas, la cuál las empapé para acercárselo a la nariz, se quedó igual durante varios minutos más hasta que abrió los ojos muy confundido. En esos minutos antes de abrir los ojos me asusté ya que tardaba en abrirlo y pues quería saber cómo estaba.

-Menos mal, creía que había sido grave -Dije soltando el aire y... le abracé-. Yo... yo lo siento, f-fue la emoción de saber que estabas bien -Dije avergonzada mientras me retiraba lo más rápido posible de la lado de él. Esa reacción no era normal en mí, ¿qué me pasaba?. Sentí como mis mejillas se encendían y de repente me sentí una pringada por eso <<Si ni siquiera le conozco>>, Me reñí a mí misma. Acto seguido, me empecé a dirigir a la cocina para coger algo de comer o de beber y distraerme un poco de lo acababa de hacer.

-Mmm no te preocupes, no creo que veas muy seguido personas desmayarse delante tuya, además, muy poca gente se preocupa de mí, así que gracias -Dijo mientras se sobaba la nuca, las últimas frases que dijo parece que le daba un poco de vergüenza decirlo en alto porque lo dijo en un murmullo-. Espera, ¿por qué no tengo mi ropa puesta? ¿Y de quién es este pijama? -Me dijo con una cara acusadora y en los ojos se podía ver un desliz de ira.

¿Qué ocultas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora