5 Confianza.

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No pude evitar notar a otro chico que se encontraba donde vi al suculento sexi modelo. Era rubio y sus ojos eran de un color claro, no pude notar el color por la oscuridad. 

Sentí que me miraba intenso, pero no le preste atención debido a que estaba que me caía de mis propios pies, cortesía del modelo

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Sentí que me miraba intenso, pero no le preste atención debido a que estaba que me caía de mis propios pies, cortesía del modelo.

Dejó salir un suspiro largo al pensarlo, un rato más delante del bombón y tengo un orgasmo. ¡Dios! Es que es tan caliente.

Mis mejillas se tornan rojas de lo acalorada que estoy.

–Como me pone este hombre. – cuando siento que descansé lo suficientemente, me puse a preparar algo de comer para Carla y para mí. Cuando ella llegue le preguntaré sobre él. Aunque... creo que mejor lo dejo para otro día, es evidente que a ella no le cae muy bien.

Cuando terminé de alistar la comida, me dispuse a arreglar mi ropa. Mañana mismo voy a buscar empleo. Tengo dos meses ayudando a Carla con su trabajo, pero, ya es tiempo que busque uno, no puedo seguir viviendo a costa de mi amiga, además, quiero independizarme.

Me gustaría trabajar en la amistad empresa que ella, pero, por alguna extraña razón, ella no quiere, y tengo que averiguar por qué.

–Caro! ¡Llegue!

–Me di cuenta – respondí desde la Cocina. Ella llega con una sonrisa de oreja a oreja.

–Cuéntame que te tiene tan contenta?

–Es que me hace feliz llegar a casa y saber que no estoy sola, además quién no lo estaría con el hecho de que va a cenar exquisito. Amo llegar y que el rico olor de las comidas que preparas me reciba. – decía ella tan sincera.

–No es por joder, pero... ¿Si sabes que cuando consiga un empleo me mudarse a mi propio espacio?

Su rostro cambio de repente, de alegre a triste.

–No puedes irte, no hace falta que busque casa, para eso está la mía. Yo disfruto de tu compañía y me ofendería muchísimo que te fueras para pagar un piso, cuando mi casa es tan grande.

–No puedo vivir siempre de tus atenciones, además, llegará el momento que necesites privacidad. El día que traigas a un hombre a la casa, no tendrás libertad si yo estoy aquí.

Su seño estaba fruncido, se veía enojada.

–Carla no te enojes conmigo.

–No estoy enojada contigo, es que hay algo que tengo que decirte – se notaba nerviosa, la curiosidad me carcomía por saber que iba a decirme.

–Creo que mejor te digo otro día – trató de evadirme.

–Dime ahora, es mejor que seamos sinceras la una con la otra. ¿No crees?

–Tal vez más tarde, ahora, me daré un baño para relajarme. En un rato bajo para que comamos juntas - y salió huyendo.

No entiendo qué le pasa. Creo que no me tiene suficiente confianza. Me he empeñado en mostrarle que puede confiar en mí, y que, si tuviera que elegir a un confidente, mil veces las elegiría ella, pero creo que no piensa igual que yo. No importa lo que tenga que decirme, yo nunca la voy a señalar. Y tengo que ponerme en acción para que ella entienda eso.

Mi Sexi ModeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora