Y hay estaba yo, abrumada al ser azotada por tantas sensaciones, justo en medio de una seccion de fotos mirando ambelezada al sexy modelo. Qué hombre más caliente. Creo que su belleza no se compara a la de ningun Dios. Mi respiracion ajitada, mis...
Pude notar la decepción en sus ojos, cuando rechacé la invitación de cenar con todo el equipo. A parte, su confesión me sorprendió mucho. Ni siquiera le respondí. Me quede estática. ¿Qué le respondería? Si el y yo nos conocemos de este día. Se porto muy lindo conmigo, sí, pero no le debo nada, no tengo ningún compromiso con él. Aunque me hubiese gustado cenar con todos.
Busco la ropa sencilla que deje en el set para ir a la cena que tengo con el dueño de la empresa. Según Eve, a él le gusta conocer a sus empleados. También, me dijo que tengo que ser discreta, a él no todos en la empresa lo conocen y quiere mantener su identidad como hasta ahora, cosa que me pareció extraña.
Me doy una ducha en el baño de la empresa, me visto y le digo a una del maquillista que me haga un maquillaje bien natural. El encuentro es en una cafetería que queda cerca de la casa, así que iré bien sencilla. Ahora que recuerdo, Carla y Eve tendrán una cena en la casa, lo mejor será que amanezca en un hotel para darles privacidad. Espero que mi amiga la pase muy bien.
Llego a la cafetería antes de la hora acordada, pido un café y me dispongo a esperar.
Miro la hora y me percato de que ella llego antes de la hora acordad, cuanta educación tiene. Me gusta.
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Miro la hora y me percato de que ella llego antes de la hora acordad, cuanta educación tiene. Me gusta.
Cuando faltan dos minutos para la hora exacta, decido aparecer frente a ella.
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Su mirada me cautiva.
Esta mujer me atrae cada día más.
Extiendo mi mano hacia ella para saludarla.
–¿Señorita Carolina Vermont? – pregunto, mientras ella me mira como si tuviera dos cabezas. Tomo asiento bajo su mirada – mi nombre es Luis Evans y soy el dueño de la empresa para la que usted trabaja – creo que sus ojos saldrán saltando de sus ojos de la impresión.
–Bromeas, ¿verdad? – pregunta dándome una mirada inquisitiva. De repente se levanta con rostro enojado, con planes de abandonar la cita. Fui más rápido que ella y la detuve.
