Mi Señor.....Mi Amo [Chisaki Kai / Overhaul ]

《 2 》

"Dama de la mafia"

-Tan solo quiero abrazar esa roja carmesí contra mi pecho para que esas espinas se impregnen en mí –

El silencio era algo incomodo, caminaban directo a la habitación que había sido designada para la nueva invitada permanente en la gran casa de la mafia, llegando a una gran puerta de madera se detuvieron Hari abrió la puerta para luego cederle el paso a T/N la cual entro de hombros caídos con la mirada baja.

-Espera un momento —hablo el hombre alnico con puntas en su cabello como manecillas de reloj, el cual solo llevaba un cubre bocas—

-¿S-si? —Volteo un poco la mira para ver al secuaz del jefe de la mafia —

Chronostasis le extendió un sobre de papel manila a la fémina, la cual lo vio para luego tomarlo entre sus manos.

-Debes firmar todo —hablo de manera seca— Volveré dentro de unos minuetos a recogerlo —se dio la vuelta para retirarse pero agrego algo mas— Y si no quieres hacerlo

-¿E-eh?.... que pasara —la morena pregunto aunque dedujo lo que pasaría si no lo hacía —

-Es simple morirás —T/N trago un poco de saliva en seco, esas palabras no pudieron sonar mas frias de parte del albino —

Cerro con fuerza la puerta de la habitación, la joven mujer se estremeció al ver la manera tan brusca de cerrar, soltó un suspiro pesado para luego ver el sobre, observo toda la habitación asombrada con tanta elegancia y belleza.

-Es muy amplio y lindo —deslizo una de sus manos sobre la pequeña meza que había cerca de la puerta de cristal yendo al balcón, el cual estaba adornado con macetas que poseían bellas flores —

Jalo la silla para sentarse y colocar el sobre en la mesa, saco cada documento y los papeles.

-No puedo creer que vaya a firmar esto...—hablo consigo misma mientras tomaba una pluma, para firmar cada espacio, hasta llegar al punto donde cambiaba su apellido —Bueno tarde o temprano tenía que pasar

Estaba resignada su vida había sido llena de odio y tristeza, no tenía a nadie más su único soporte era su mejor amiga y su canario azul....

Se levanto bruscamente de la silla al recordar a su pequeña ave, apretó con fuerza la pluma frunciendo el ceño con dolor y tristeza pequeñas lagrimas bailaban ya por sus mejillas, camino directamente hacia la puerta encontrándose con la misma persona que la había llevado a su habitación, le entre los papeles apegándolos al pecho de este.

-Aquí están los estúpidos papeles, espero que tu jefe este feliz —dijo con remordimiento, quería salir del lugar corriendo en busca de su pequeña esperanza de vida —