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Temprano en la mañana, una linda y joven chica se despertó gracias al sonido de la alarma.
Hoy era el día.
Con entusiasmo, luego de desayunar se colocó un delantal de cocina color azul, decorado con estrellas, su favorito. Fue hacia su heladera, donde allí tenía un bizcocho/bizcochuelo de vainilla sin decorar. Lo coloco sobre la mesada y seguido saco también fresas y crema. De la alacena saco un paquete de galletitas de vainilla. Con todo a la vista comenzó a recordarlo. Con paciencia y mucha dedicación, termino su labor, orgullosa de su obra le tomo una fotografía y sonrió mirándola.
Tenía el humilde pero lindo sueño de ser pastelera algún día, así que adoraba hacer pasteles para las personas que amaba.
Tomo una linda caja blanca que había comprado con anticipación, y colocó el pastel allí, junto a el, puso un cartelito que decia "feliz cumpleaños" de chocolate totalmente comestible. Cerró la caja y lo dejo provisoriamente allí, junto a una pequeña bolsa de papel madera, para no olvidarsela.
Con el pastel listo, vio la hora, 12:34 p.m. Faltaba tan solo una hora y media para la hora a la que debía asistir. Y tenía media hora de viaje en autobús, si es que no perdía el que salía a las 13:15. Así que con rapidez fue al baño. Se ducho y salió envuelta en una toalla blanca. Miro en su escritorio, allí tenía un lindo atuendo que había comprado y pensaba estrenar hoy. Así que se lo colocó luego de su ropa interior y se miro al espejo. Sonriendo ante el resultado, se le veía bonito definitivamente. Tomo un peine y cepillo su corto/largo cabello, dejando como siempre solía ultilizarlo.
Mirando que ya eran la una de la tarde y que en pocos minutos llegaría su autobús, tomo el pastel en la caja blanca junto a la bolsa de papel madera y salió de su casa rumbo a la parada.
Allí espero y por su suerte su transporte había llegado antes. Así que pago y se subió, sentándose en uno de los asientos del medio que están vacíos.
En general el vehículo iba bastante vacío. Claro, es que este iba a un solo lugar al final de su recorrido. Uno al que mucho desearían no ir jamás, ni como visita. Aún así, no se permitiría entristecerse hoy, no, claro que no, hoy era el cumpleaños de el, no habían esperando con emoción durante el último mes.
Miro a la ventana, notando como poco a poco se iban alejando de la ciudad y de sus calles tan transitadas. Al pasar la media hora, llegó a su destino, las puertas del autobús se abrieron y las pocas personas que estaban allí bajaron.
Levantó la vista y vio las imponentes grandes paredes de concreto, grises y sombrías.
