X. Horizonte 🍎

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Necesitas una mejor vida que esta
Necesitas algo que no puedo darte
Espejismos en el camino
Se terminó ahora que la noche llegó
Me pregunto en qué estás soñando
Cuando duermes y sonríes tan cálidamente
Desearía poder darte eso que parece
Tan perfectamente libre de tristeza.
Pero algunas veces
Todo lo que pienso es en ti
En las noches a mitad de Junio
Las olas calurosas me han estado engañando
Ya no puedo hacerte feliz.

Heat Waves, Glass Animals

🍏✧



El reloj en forma de hamburguesa que le había regalado YuRi en su noveno cumpleaños seguía intacto y funcionando con la misma pila hacía cinco años. A veces, JongIn se sentía igual que aquel niño de la infancia. Lleno de ilusiones y con la creencia de que la magia existía como en las caricaturas. Esperar por el "príncipe azul" sólo debía aplicar para las historias heterosexuales, pensó. Allí en Golden Apple, esperar por alguien con quien fuese a compartir el resto de su vida sonaba a conformismo, porque tampoco habían muchas opciones. Tal vez era muy exigente, o tal vez el amor para toda la vida no existía, o simplemente, no era para él.

Pero con KyungSoo se sentía distinto. Quizá, porque precisamente, se trataba de su primer amor.

Y vaya que le dolía, por segunda vez, sufrir el desengaño.

Primero, KyungSoo yéndose de la noche a la mañana. Ahora, regresando para vender el pueblo entero. Aquello debía ser suficiente para convencerse de que a KyungSoo jamás le habían importado realmente sus sentimientos. Ni las sonrisas, ni las miradas traviesas, ni las palabras bonitas. Todo se convertía en partículas y se dispersaba cuando la burbuja de ilusiones reventaba. ¿Qué sentido tenía levantarse y fingir que tenía una vida por delante, si en poco tiempo todo lo que conocía y de lo que formaba parte, pasaría a ser vendido como si nunca le hubiese pertenecido? Si en todo lo que había puesto esfuerzo se vería reducido a un montón de dinero con el que callarían sus reclamos.

—¡JongIn! —SeulGi tocó su puerta—. ¡KyungSoo está abajo, quiere hablar contigo!

—¡Dile que se vaya a la mierda!

—¡Oye, si tienes ganas de insultar, ve y díselo tú!

JongIn bufó, se giró y tapó con la sábana hasta la cabeza. ¿Qué venía a hacer KyungSoo tan temprano? Bueno, en realidad ya eran las 11AM, pero eso no quitaba el hecho de que no había nada que hablar entre ambos. Incluso era raro que hubiese ido tan tranquilo pidiendo hablar con él. Un repiqueteo lo desconcentró, se destapó y miró hacia la ventana. Otro repiqueteo por obra de una piedrita. Debía ser KyungSoo.

¿En qué momento era el mayor quien acababa comportándose como un joven rebelde? JongIn estaba seguro de que eso le correspondía a él. Se levantó, abrió y asomó la cabeza, entonces vio a KyungSoo saludando con su mano, sonriendo y con los ojos entrecerrados por el sol. Desde donde estaba podía darle un escupitajo perfecto en la frente, pero era demasiado asqueroso incluso para sí mismo.

—¿Qué quieres? —espetó.

—Ven al puente del lago a las siete. Tenemos que hablar.

—No tengo nada que hablar contigo. Y vete, no quiero que mis papás salgan a chusmear.

—No me vieron, me escabullí entre los árboles... Espera, ¡JongIn! —exclamó.

Pero JongIn cerró la ventana y regresó a la cama. Estaba molesto porque todo aquello era demasiado inesperado para su propio bienestar. No quería salir lastimado, pero tampoco quería que todo quedase inconcluso; de alguna forma, esa frágil y penosa historia tenía que terminar, y quizá, ya era tiempo. Lo que fuese que KyungSoo quisiera decirle, podría esperar hasta la tarde. Entonces, las lágrimas que corrían por su rostro, ya se habrían secado.

El Club de las Manzanas Podridas 🍏 (SooKai/SeBaek/Exo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora