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— ¿De verdad estás bien? ¿puedes ir a la escuela, verdad? — Baji sonaba preocupado, le encantaría presumir que Chifuyu ya le pertenecía completamente pero no lo haría porque cierto rubio pequeño lo mandaría a otra realidad de una sola patada.
— Si... solo no quiero que nadie sospeche, si digo que estoy enfermo y falto nadie nos creerá. —
Hizo un pequeño puchero mientras caminaba tomado de la mano del mayor hacía el instituto. Finalmente el dolor de Chifuyu se había calmado demasiado pero sí se esforzaba de más sus piernas terminaban temblando y su espalda baja doliendo un poco, los parches y masajes del causante de todo habían ayudado demasiado.
— Papi... — susurró con una suave voz al estar completamente solos.
— Dime. — en el interior Baji maldecía porque el rubio tomaba ese apodo como algo de cariño y completamente amoroso, pero él no podía pensarlo igual y después de haber tomado la virginidad del menor era peor pues ya tenía más libertad de tomarlo cuando quería.
— ¿Crees que Mikey se de cuenta de lo que ocurrió? —
— Mientras no digamos nada y sigas caminando "bien" no debe de darse cuenta. — besó el dorso de la mano entrelazada con la suya. — ¿Y por qué sigues diciéndome papi en público? Sabes que hago mi intento por controlarme, eres un pequeño diablillo. —
Chifuyu soltó una risita la cual fue cubierta por la bufanda en su cuello mientras sus ojitos se cerraban.
— No entiendo porque esa palabra te hace alterar Baji-san, a mi me gusta porque es un apodo bonito y a ti te gusta, aparte estamos solos y dijiste que en estas ocasiones podía usarla. —
— Dios perdóname por haberle hecho eso durante toda la madrugada a un niño pero no me arrepiento. — Baji sonrió burlón y Chifuyu lo miró confundido.
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