II♡

1.2K 173 38
                                    

Tener un padre diferente no es fácil, y fue más desafiante cuando la abuela Sarah nos dejó. Papá y yo sufrimos mucho por su perdida, él no dejaba de ver al cielo buscándola y en esas ocasiones era muy complicado hacerlo entrar a casa, lloramos mucho, y a veces no podía lidiar con sus ataques de pánico o ansiedad.

Tuve que aprender a cocinar, porque papá no podía, él y yo lavamos nuestra ropa juntos, pero a veces me dejaba solo para ir tras las aves. Es divertido verlo correr sintiéndose libre como esos animales.

Las sátiras y miradas de lástima, eso me molestaba. Nadie tenía porqué decir algo malo sobre nuestra situación o vernos de esa forma, mi papá era distinto a todos, y lo amo, mucho, no me avergüenzo de él ni nada por el estilo.

Yo lo amo muchísimo y haría cualquier cosa por él, como él haría cualquier cosa por mi.

—Johnny, Johnny, ¿Qué te paso, hijo que te paso? Estás lastimado, Johnny está lastimado—me movía de aquí hacia allá viendo mis heridas. Estaba escandalizado.—¡Johnny está lastimado, mi hijo está lastimado!

Corrió tropezando en el proceso, aún así continuó. Cuando salió de la habitación, venía con una caja, de ella saco vendas y esas cosas para curarme.

—Johnny está lastimado, hay que curarte, debo curarte, sucio estás sucio, ¿Quién te hizo esto, por qué?—no paraba de cuestionar, tampoco de moverse en el sofá mientras me limpiaba.—Johnny... sucio.

—Unos niños me molestaron papi, pero no es nada importante—aleje sus manos que se rehusaban a dejarme para abrazarlo.—No es nada grave te lo aseguro, estaré bien.

Él rió alegre como un niño de mi edad, devolviéndome el abrazo. Mi papá me amaba mucho y yo a él, por eso no me importaba defenderlo de los niños con falta de afecto familiar.

—Johnny hoy vi pájaros muy bonitos, en el cielo allá arriba, allá arriba muy lejos, donde esta mamá Johnny.

—Me parece bien. Y oye... Te quiero, no lo olvides—sonreí.

—Si, yo también, yo también te quiero... ¿Estrellita estrellita?

—¿Donde estás?—lo mire divertido. Ese era un juego común entre nosotros. Algo que hacíamos únicamente los dos.

—¡Aquí estás hijo, aquí estás!—me dio muchos besos provocando mis risas.

—¡Sí papi, aquí estoy!

La abuela me contó que mamá murió cuando me tuvo, me dijo que era una mujer increíble y amable que amaba mucho a papá. Siempre fuimos la abuela Sarah, papá y yo. Ahora solo somos nosotros en casa, y es tan agotador que a veces todo lo tenga que hacer, sin embargo todo se vuelve más alegre cando veo a papi sonreír.

Nuestras vidas estaban llenas de complicaciones por su enfermedad, pero aún así nunca dejamos de ser felices. Aunque si era mucha presión para mí tener que cuidar de ambos, incluso tener que memorizar los nombres de sus medicinas.

Otra de las tantas cosas que amaba de él es que me leyera cuentos, o hiciera el intento de dibujar. En una ocasión incluso según su perspectiva me retrató, pero sinceramente parecía una carretera.

—¿Que es esto papá?

—Eres tú, mira esta es tu cabeza—rió mostrándome la hoja.—¿Te gusta, lo hice bien, te gusta Johnny?

—Si, me gusta mucho, se parece bastante a mi.

A pesar de todo, en menos de lo que pensé la abuela y mamá habían enviado una estrella fugaz para que nos cuidara y amara como nunca antes lo habíamos sentido. Casualidad o no, Tony fue nuestra salvación.

♡Steve Dad♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora