Capítulo IX: Intento de familia.

505 31 11
                                    

Ese mismo día César fue al departamento de Victoria. Una de las soluciones que tenía a su alcancé más próximo era ella, pues el otro era Coyoacán y en ese momento no era opción irse tan lejos.
-¿Puedo pasar?- le preguntó parado en el marco de la puerta.
-Hola mi amor, claro- se quedó viéndolo extrañada- ¿Qué tienes?
-Ah discutí muy fuerte con Vivian y Carla...
-Mmm...pásale.
Una vez él entró Victoria lo abrazó, más bien César lo hizo dado la estatura de ella.
-Tienes una cara- dijo Victoria- me imagino que fue bien fea la discusión- unos segundos en silencio se soltó de él y se percató que traía consigo una maleta negra.
-Pues sí...no peleábamos así desde el 2010.
-Lo lamentó mi amor- volvió a mirar la maleta- ¿Te vas a quedar aquí?
-Este, pues sí. ¿Hay algún problema? ¿Por qué pones esa cara?
-No, para nada. ¿Cuál cara?
-La que acabas de poner.
-Este...
Ambos fueron interrumpidos por los gritos de Vickyta y Anuar.
-¡Dame eso!- gritaba el chico mientras corría tras ella.
-¡No!- reía mientras corría apresurada las escaleras.
-¡Es mi celular Vickyta!
-Ya le di follow y le puse hola- la chica reía a carcajadas mientras se ponía al otro lado del sofá con el celular de su hermano en la mano.
-¿Qué?
-Ya vas a ver, van a comenzar a hablar y me lo vas a agradecer.
-¡No! Que vergüenza- la seguía hasta quitarle su celular de las manos- ¡Te mamaste Vickyta!
Victoria los quedó viendo feo a ambos.
-¿Qué les pasa? Parecen chamacos de 7 años...
-Fue ella quien me quitó mi celular mamá- dijo Anuar molesto.
-Vickyta, ¿Por qué le haces eso a tu hermano?
-Ay, solo lo estoy ayudando para que se ligue a una morra...es eso- se quedó viendo a su hermano- Deberías agradecerme eh, mira que la gente que triunfa es la que se arriesga.
-Ya párenle. Aquí está César y ni cuenta se dieron, de tanto grito. Vengan a saludarlo.
-Dios que vergüenza- dijo Anuar entre dientes ya que César se había dado cuenta de todo.
-Hola César...- se acercó vickyta para saludarlo con un beso en la mejilla, un poco reacia.
-Hola ¿Cómo estás? Andas en travesuras eh- dijo un poco con risa, por lo que la chica abrió los ojos un poco molesta por la forma en que lo había dicho él.
-Eh estoy bien.
-Que bueno...
-Hola César ¿Cómo estás?- Anuar se quedó viendo feo a su hermana.
-Hola chamaco, yo bien...- se rascaba la nuca- ¿Y tú?
-Que bien, yo bien. Un poco aburrido aquí de tanto encierro...- miró la maleta de César- No es por ser pesado, solo es una pregunta nada más...¿Y esa maleta tan grande?
-Es de César hijo- contestó Victoria.
-Ah.
-¿Y qué pedo? ¿Se va a quedar a vivir acá o qué?- dijo vickyta.
-Eh...este solo por ahora, un tiempo mientras arregla unos asuntos.
-¿Discutió con su esposa señor?
-¡Vickyta!- gritó Victoria- No digas esas cosas, no es de tu incumbencia.
-Entonces es verdad, discutió con ella y por eso se vino a vivir acá.
-Hija por Dios no sigas.- le abrió los ojos molesta.
-Ya cállate vickyta- agregó su hermano.
-Ay que pesados. Yo solo le pregunto, tiene que ser transparente si se va a quedar aquí con nosotros.
-No voy a aguantar que le sigas preguntando e incomodando a César. Vete a tu cuarto.
-¡Dios! Deja que hable mamá.
-¡Suficiente te he dicho! Vamos, a tu cuarto.- le volvió a gritar.
-No- dijo César- déjala, no la trates así por mi culpa. Esta bien que quiera saber el por qué yo estoy aquí- miró a Victoria.
-Pues entonces dígalo. Lo escuchamos- Vickyta se acomodó en uno de los brazos del sofá.
-Bueno, estoy aquí porque efectivamente discutí muy feo con...- le costó decirlo ya que era muy extraño hablar de aquello con los hijos de Victoria- Vivian mi esposa- dijo incómodo entre dientes- y mi hija Carla...
-¿Y por qué fue?- le preguntó nuevamente la chica.
-Fue...justamente porque...se enteraron sobre unos papeles de divorcio...- tomó aire profundo- quiero que sepan que si estoy aquí es porque amo a su madre y me siento cómodo cuando estoy junto a ella. Y estoy iniciando el trámite de divorcio de forma certera porque pretendo estar con su madre de una forma distinta a la actual. Yo a ella la amo y deseo profundamente estar juntos, libremente sin escondernos de nada ni nadie. Esa es la verdad...y si no les parece que yo esté aquí están en todo su derecho, mi intención no es invadirlos.
-No te preocupes César, nosotros entendemos. ¿Verdad que sí Vickyta?- dijo Anuar.
-¡Wow! Esta bien que seas sincero con nosotros y si te vas a quedar puedes hacerlo porque este departamento es de mi mamá, nosotros vivimos en Pachuca, Hidalgo. Pero eso no significa que vamos a convivir alegremente como si fuéramos una familia feliz porque eso está muy lejos de ser. Ni siquiera ustedes tienen una relación normal.- dijo la chica súper seria.
-No es necesario que digas eso hija. Eso César lo sabe y yo también. Te has pasado de insolente hoy día eh- Victoria se paraba en frente de la chica- ¡A tu cuarto ahora!
-Le dije la verdad...
-¡A tu cuarto ahora!
-...A la chingada- dijo entre dientes mientras subía las escaleras.
-César discúlpala por favor. Lo lamento mucho, perdón.- le dijo Victoria mirando a César muy apenada.
-No, no te preocupes mi vida. Estoy bien...- se volvía a rascar la nuca.
-Mi hermana es bien pesadita la verdad, créame que va a llevar mucho tiempo para que lo acepte de una manera más cordial y aún más para que lo quiera en su vida.
-...Esta bien, no te preocupes chamaco.
-Yo por mi parte estoy bien, no me molesta que usted esté aquí. De hecho me alegra que mi mamá lo pueda tener más cerca.
-Ay mi amor- le dijo Victoria a Anuar- Gracias hijo.
-Tranquila mamá...voy a mi cuarto luego bajo.
-Ok, te aviso cuando esté lista la cena...
César se quedó viendo a Victoria.
-Perdón mi amor- le volvió a decir ella abrazándose a él.
-Tranquila mi vida...a sido un día difícil la verdad.
-Ven, vamos al sofá.- lo agarró de la mano.
-Estoy muy cansado...no sé qué hacer con mi hija. Realmente esto me duele...- dijo con los ojos cristalinos al borde de las lágrimas.
-Ay esto no es justo. Tú has sido un buen padre con ella y con tus otros hijos...- Victoria hizo una pausa, por breves segundos sus últimas palabras habían retumbando en su cabeza. Le habían hecho acordarse de aquello que le retumbaba la mente, muchas veces casi llevándola a soltar esa verdad aún no dicha- No tienes que sentirte así mi amor, no es justo. Vivian le ha hecho mucho daño a tu hija, incluso me atrevería a decir que mucho más que tú.
-A veces si lo pienso...quiero ayudarla pero ya no sé cómo siento que no hay manera de hacerla cambiar y que vea las cosas diferentes.
-Mira, hagamos una cosa ¿si? Por ahora no te martirices pensando en solucionar algo esta noche porque no tiene caso. Por esta noche trata de calmarte y juntos buscaremos una solución mañana- Victoria le sonrió mirándolo con sus ojos brillantes.
-Que increíble, con unas simples palabras me calmas y me haces sentir que las cosas tienen solución a tu lado...- se quedó viendo la profundidad de sus ojos- Si esto es un sueño, no quiero despertar nunca más.- le acaricio el rostro y la acercó hasta sus labios.
Luego de besarse lentamente por unos minutos ella lo detuvo- Te amo, te amo y quiero que te sientas como en casa.
-Tú eres mi casa.- él le sonrió.
Esa noche cenaron los cuatro juntos en la amplia mesa. Aunque para Vickyta fue bastante incómodo sentir la presencia de César, pues le hacía sentir que era la presencia de la figura paterna que hacía tiempo no sentía en dicho departamento, no desde que su padre había estado allí el año pasado.
-Pon tus cosas aquí mi amor. Te acabo de hacer un espacio para que dejes tu ropa- Victoria estaba parada frente la puerta de su armario.
-Gracias, pero no te quiero molestar. Sé que este es tu departamento, personal y no quiero invadirte con mis cosas, las puedo dejar dentro mi maleta.
-Ay no digas eso César- Ella se acercaba a él- Quiero que sepas que no me incomodas, todo lo contrario. Me encanta que estes aquí conmigo y no en otro sitio.
-Bueno si tú lo dices...mmm...-César la tomaba de la mano hasta sentarse sobre la cama y que ella se sentará en su piernas.- Entonces me relajo eh.
-Mmm sí...vas a ser el macho alfa de mi departamento.- le sonrió atrevidamente.
-Mmm que bien se oye eso- él se mordía el labio inferior.
-O también puedes ser el...¿Cómo era? El king size...- soltó una risa a lo que César estalló en risa.
Comenzaron a besarse lentamente, sin prisa como hace tiempo no lo hacían. Pues sabían que no había apuro, nadie debía irse esa noche ni tampoco la siguiente ni todas las que les esperaban durante un largo tiempo, sin ellos saber.
A la mañana siguiente Victoria volteó feliz al ver su hombre allí, al lado de ella durmiendo tranquilamente.
-Que bonito...eh que bonito despertar así. Voltear y verte aquí, junto a mi.- dijo él.
Ella rió bajito por las primeras palabras que César había dicho-...Si para que sean bonitas todas las mañanas tienes que estar a mi lado, pues que todas sean así.- dijo sonriendo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 25, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tan enamorados: "En secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora