Capítulo V: Aniversario planeado.

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César llegó a casa de Victoria. Sentía la necesidad angustiante de hablar con ella y decirle por lo que estaba pasando. Sin embargo, también quería hablar de una "distancia" pues sentía que su mundo estaba dado vuelta y que ya no podía seguir lidiando con todo aquello a la vez.
¿La seguía amando? Claro que sí, pero habían veces como está en las que sentía que el sentimiento no era suficiente...no ahora.
-Victoria...- dijo vacilante.
-César, pásale. Entra mi amor.- Victoria se encontraba parada en la puerta de su departamento.
César entró cabizbajo y Victoria pudo sentir en él una sensación extraña. Se dió cuenta que no estaba bien y más aún, que lo que iba a decir los podía destrozar; como en muchas ocasiones antes.
-¿Qué pasó?...vi tu mensaje...espero que Carla esté bien.
César tomaba asiento.
-No lo está del todo Vicky. Carla trató de suicidarse con una sobredosis de pastillas...y ahora va a estar internada, en observación...¿sabes qué es lo peor?
Victoria lo escuchaba con atención.- ¿Qué?
-Que me gritó, con sus débiles fuerza ella me gritó. Con tanta rabia y desprecio. Me dijo que eso fue mi culpa...que quería tener una vida normal...que esto era enfermo.
Victoria lo seguía observando detenidamente y una corriente nerviosa en sus piernas la invadió, tragó en seco al escuchar lo último que dijo César. A los pocos minutos sintió, nuevamente, una culpa desgarradora. Pero esta culpa no era como las otras, esta vez no se trataba de sus hijos, ni de Omar, ni de sus hermanas ni de nadie de su familia. Esta vez se trataba de la hija de su amante, sí, su amante. Sentía que estaba siendo egoísta al arrastrar a César y su familia. Arrastrarlos hasta el 2022...por primera vez dudo de su plan, dudo de seguir esperando por una libertad, en la cual estaba involucrando a mucha gente. Tuvo miedo, miedo de si misma.
Mirando fijamente hacia el frente dijo.- ¡Tiene razón!
-¿Qué?.- César la miró desconcertado.
-Carla, tú hija tiene razón. Esto se está saliendo de control...no podemos, ni podemos seguir así...-lo miró. En su mirada César pudo ver la culpa que cargaba.
-...Yo también lo creo...pero qué hay de nosotros?
-¿Nosotros? No podemos pensar en nosotros cuando tú hija está sufriendo por nuestra culpa. No es justo, no ahora. Es mejor que te enfoques en ella. Tú hija te necesita ahora...tal vez más que yo...
-Yo no me quiero separar de ti.
-Pero ahora vas a tener que hacerlo...por lo menos por un tiempo.- dijo con un nudo en la garganta.
-Te amo, ¿lo sabes?
-Sí...yo también te amo.- Victoria se arrodillaba frente a él, lo miró a los ojos por unos segundos y le dio un beso.
César junto su frente con la de ella.- Vamos a volver a vernos y a estar juntos, lo prometo. Porque yo sin ti no puedo, es como una agonía...me seco como un desierto.
-Vamos a volver a estar juntos, pero tal vez esta vez será cuando esté todo resuelto...
-No digas eso mi vida, vamos a volver a vernos hasta que mi hija esté bien.
Victoria se levantó entre unas cuantas lágrimas y fue directo a la puerta.- Es hora que te vayas mi amor...
César se levantó del sofá y fue directo hasta ella. La miró, por lo que sería la última vez en mucho tiempo sin saber.
-Te amo y este amor que siento jamás será derrumbado. No se derrumbó cuando te fuiste a Colombia, menos ahora.- respiró profundo.
-...Supongo que nuestro amor es así. Un ir y venir constante. Como una relación karmatica...
-Supongo que sí...
-Cuídate...cuídate mucho.
-Tú también mi vida. Confío que volveremos a estar juntos.
-Te amo...
-Yo también te amo.- se acercó aún más a ella y le dió un beso, uno lleno de frustración y pena.
Una vez se fue, Victoria sintió que las piernas se le tambaleaban. No podía dimensionar lo que estaba ocurriendo. Menos ahora, cuando el tiempo comenzaba a caer como un reloj de arena para ambos, pero aquello ya no tenía sentido. Nada en ese momento tenía sentido.
Pasaron varias semanas y con ellas llegó marzo. El mes más incómodo para Victoria, pero por alguna razón comenzaba a sentir que se liberaba de ese mes, aunque no ahora.
-¿Bueno? ¿Victoria?
-Hola. ¿Qué quieres?
-Ok ya entiendo. No estás de buenas, entonces voy directo a lo que necesito.
-Ya deja los rodeos Omar. Qué quieres ahora.
-Necesito que aceptes ir a comer conmigo a un restaurante...
-¿Qué?
-Lo que oíste, pasado mañana es nuestro aniversario mi amor.- dijo sarcásticamente.
-Estas loco, yo no voy a salir contigo ni en sueños. Menos para ir a "celebrar" todo el circo que nos cargamos.- dijo molesta.
-Lo entiendo, Victoria pero lo necesito. Ya que tú no te dignas a venir a Pachuca como corresponde, ya que tú eres la primera dama, tengo que ponerte en contexto. Nuevamente hay rumores sobre mí. Están hablando de lavados de dinero y algunos problemas a nivel del partido. Necesito de tu ayuda Victoria.
-Aja, claro. Nuevamente tengo que ir a dar la cara yo por tus problemas y asquerosidades.
-Sabes que tú atraes público. La gente te ama y cuando nos ven juntos se ve una seriedad. Por favor, eres la encargada de mantener limpio mi cargo y lo sabes. No te hagas Victoria, aceptaste esto y ahora debes hacerlo hasta el final. Que mejor ahora, justo cuando es nuestro aniversario.
-Estas loco. No pienso hacerlo.- Victoria cortó la llamada.
Al día siguiente Victoria fue a visitar a su hermana Gabriela y a su madre. Compartieron un rico almuerzo en el penthouse, luego de la sobremesa y varias conversaciones mamá Lupita se fue a dormir la siesta. En ese momento surgió la conversación que hizo a Victoria cambiar de opinión y llamar a Omar.
-¿Qué estás diciendo?.- le preguntó Victoria exaltada.
-Lo que oíste Eugenia. Vi a César con Vivian entrando a un teatro...seguramente él está tratando de sobrellevar las cosas.
-¿Qué?
-Lo que oíste, pero no te exaltes.
-Dios de mi vida...- Victoria movía la cabeza- lo sé, pero aún así siento que es injusto. Para él es más fácil hacer una vida normal...no como yo. Pinche César.- dijo Victoria.- Me siento como una tonta, él puede seguir saliendo con su ex esposa como si nada y llevar una vida normal...- Se quedó pensando por unos segundos.- Pero sabes...le voy a dar de su propia medicina.
-¿Qué vas a hacer Eugenia? Estás loca, tienes que entender. Él no está en la mejor situación.
-No, no hay nada que entender. Estoy harta...y si, tal vez estoy loca ¿y qué?- agarró su celular y llamó a Omar.
-¿Bueno? ¡Victoria! A qué debo tú llamada.
-Cambie de opinión Omar...
-Ah gracias- quedó sorprendido- te lo agradezco querida. ¿Y a qué se debe esta hermosa noticia?
-Ah ya cállate. No te incumbe, confórmate con que ya está solucionado tu problema.
-Perfecto. Entonces mañana nos juntamos en el restaurante. El de comida italiana, el que hemos ido algunos años anteriores que está en.- Victoria lo interrumpió.
-Esta bien, pero tengo una condición.
-¿Cuál?
-Resulta que mañana tengo una entrevista en Televisa...tendrá que ser después de la entrevista.
-Esta bien, perfecto. Como gustes.
-Perfecto. Adiós.- cortaba la llamada.
Gabriela miraba a su hermana desconcertada.
-¿Qué haces Victoria? por Dios.
-Le voy a dar de su propia medicina a César.
-Ay no.- Gabriela se agarraba la cabeza.
-Ay sí. Puedes creer que se tomó tan en serio todo este asunto de no vernos, que incluso rechazó ir a la entrevista de La madrastra mañana...se supone que no nos tenemos que ver en plan pareja, no en plan compañeros. Siento que César está mezclando todo, Gaby.
-Eugenia, lo está haciendo por la hija no por capricho.
-Lo sé, de hecho estoy de acuerdo con ello. Pero esto es mucho, yo puedo entender todo el lío con su hija pero siento que me está evadiendo.
-Pues ya, déjalo pronto se le va a pasar.

Tan enamorados: "En secreto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora