𝓜𝓲𝓵 𝔂 𝓾𝓷𝓪 𝓻𝓪𝔃𝓸𝓷𝓮𝓼 𝓹𝓪𝓻𝓪 𝓬𝓻𝓮𝓮𝓻. [𝕎𝕆𝕃𝔽𝕊𝕋𝔸ℝ]

𝖉𝖎𝖊𝖟

Ｖｉｖａｌｄｉ Ｖａｒｉａｔｉｏｎ             （Ａｒｒ． ｆｏｒ Ｐｉａｎｏ ｆｒｏｍ           Ｃｏｎｃｅｒｔｏ  ｆｏｒ  Ｓｔｒｉｎｇｓ       ｉｎ   Ｇ   Ｍｉｎｏｒ, ＲＶ １５６）．

Como se había prometido a sí mismo, se encontraba leyendo a fondo el primero de los dos tomos de medicina en el cambio de una sala a otra. Cuando terminó con el último paciente vio que le sobraba tiempo.

Cualquier persona normal se hubiera ido a dormir, pero Don Sirius Orión Black no era precisamente una persona normal.

Se dirigió a donde había dejado el otro tomo y los periódicos: la sala de Remus. Cuando entró allí se encontró una imagen de lo más tierna: Hope agarrando la mano de su hijo mientras estaba dormida de mala manera en una parte de la camilla de Remus.

Sirius sonrió, enternecido y se sentó en la mesa sin hacer el mínimo ruido. Siguió leyendo. Apartado que no tenía que ver con dificultades físicas, apartado que se saltaba.

Con este método terminó de manera rápida con el primero de los tomos, pero aún le quedaba otro incluso más largo que el primero.

En el segundo había más información. Demasiada, pero ninguna sobre algo que pudiera causar la licantropía.

Llegó a una conclusión cuando ya iba por más de la mitad del segundo tomo: no se había investigado lo suficiente sobre este tema.

Cuando terminó el segundo libro sin ninguna respuesta concreta se frustró. Cerró el libro con cuidado de no despertar a ninguno de los dos presentes y comenzó a leer los artículos de prensa.

"¿El tratamiento definitivo para erradicar la Licantropía?"

Un Doctor de renombre americano ha afirmado haber encontrado la solución contra esta enfermedad tan sobrenatural encontrada  en nuestra sociedad.
Afirma que es concluyente y que funciona. Ha sido probada en varias personas con el mismo problema y al cabo de unos meses mostraban mejoras e incluso la curación completa.
"Me gustaría que este tratamiento fuera exitoso para que todos podamos estar tranquilos. Ha funcionado en mi país, espero que esto se tenga en cuenta."

"Se aplica el tratamiento para los licántropos."

Tras un debate largo y tendido entre médicos de renombre, la Unión de Salud ha decidido poder aplicar salas específicas en los hospitales para la cura de los hombres y mujeres lobo.
"Vamos a seguir el consejo de nuestros amigos americanos. Es lo mejor para la sociedad."

"Dos mujeres diagnosticadas de licantropía han muerto después de unos meses. Nadie sabe el motivo".

Después de varios meses de tratamiento, como fue indicado por el médico americano que lo recomendó, las mujeres murieron sospechosamente.

"Alina Starkov. La primera mujer que sobrevive a la terapia licántropa en nuestro país." Sirius abrió los ojos ante esto y miró la fecha.

Aún podía estar viva.

"Después de duros meses de tratamiento, finalmente he podido curarme de licantropía", declara Alina en nuestra entrevista personal.
Al parecer la mujer ha conseguido librarse de ese peso y ha conseguido curarse.

Sirius siguió leyendo los artículos pero dejó ese ejemplar apartado del resto. Se prometió a sí mismo buscar a Alina para poder preguntarle personalmente y así poder ayudar a Remus para seguir o no con el tratamiento.

"100% de fallecidos por licantropía"

Después de muchas tasaciones y rangos médicos se ha comprobado que el "exitoso" tratamiento para ayudar a los hombres lobo ha resultado un fracaso en todos los casos que se han detectado estos últimos meses.
El problema de esto es que no se sabe exactamente qué se hace en este tratamiento y el porqué las muertes aumentan.

Tras leer todas esas palabras se dio cuenta de que probablemente Remus acabase como todas aquellas personas: muerto. Eso hizo que Sirius se escandalizara y tuviera un largo escalofrío.

Remus no puede morir.

A partir de ese momento, Sirius se juró que no permitiría que el demasiado joven castaño muriese a manos de Pettigrew como muchos otros. Tenía que evitarlo a toda costa, pero para ello primero debía averiguar en qué consistía eso que le dejaba cada vez más pálido y tenía que encontrar a Alina Starkov, una posible aliciente para la esperanza.

Las horas habían pasado demasiado rápido y Sirius no había conseguido dormir. Seguía en la sala pero no podía leer más. Él sabía que necesitaba descansar, pero su mente no le dejaba.

- ¿Doctor?- una voz carrasposa y débil surgió desde la camilla. El mencionado se giró de un impulso, encontrándose la mirada perdida y desganada de Remus- ¿Qué está haciendo aquí?- preguntó con total tranquilidad y una pequeña sonrisa, casi imperceptible.

- Perdón si le he despertado- dijo entre susurros y acercándose a la camilla. Cuando llegó allí tocó tentativamente la frente de su paciente. No tenía fiebre- ¿Se encuentra bien?-

- No ha respondido a mi pregunta- eso había sonado preocupado. El castaño vio que la mirada del Doctor era distinta, como si hubiese descubierto algo triste.

- Estaba leyendo mis libros de la Facultad y algunos artículos de prensa para poder ayudarle- Remus sonrió inmediatamente. El médico sintió como sus mariposas revoloteaban en su estómago.

- Quizá mi madre tenía razón- la forma en la que el paciente miraba a Sirius era de admiración y cariño, pero no un cariño fraternal... Había algo dentro de eso.

- ¿Con qué?- preguntó con una sonrisa.

- Con que es usted un Ángel-