𝑪𝑼𝑰𝑫𝑨𝑫𝑶𝑹 ❤︎ 𝙽𝙰𝙼𝙼𝙸𝙽 | 𝕥𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒

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Todos los planes de autocontrol que Jimin había hablado con su amigo se habían ido a la basura en cuanto volvió al trabajo al día siguiente, ya se había hecho algo de diario que Namjoon se despidiera en las mañanas con un beso brusco lleno de toqueteo y volviera a casa listo para su sesión de sexo.

Lo que más le estaba gustando a Jimin era que a pesar de que era algo que repetían todas las noches no se estaba volviendo rutinario.

Se dió cuenta de que Namjoon no era un hombre convencional, y menos en la cama, era experimentado y siempre procuraba hacer de los encuentros algo interesante.

Probaba posiciones nuevas, lugares nuevos, incluso algunos juegos de rol.
Era lo que había notado las últimas cuatro semanas en las que había gozado de estar con ese ardiente hombre.

A pesar de todos los encuentros que tenían no era para nada incómodo, y contrario a las suposiciones de Jin, Namjoon sí era alguien cariñoso después del sexo.

Jimin recordaba lo que su amigo le había dicho, que quizás sólo eran momentos pero se había percatado de que a Namjoon le gustaba besar, acariciar y llenarlo de palabras lindas cuando quedaban exhaustos entre las sábanas.

Inclusive habían tenido algunas conversaciones interesantes a cerca de sus vidas antes de conocerse, de la vida de rey que Namjoon siempre había llevado hasta que se graduó y tuvo que tomar el control de la empresa familiar ya que era el hijo mayor.

De la universidad de artes a la que asistía Jimin, y que pagaba con el dinero que Namjoon le daba por el empleo.

De los amores fallidos y de sus primeras experiencias sexuales, de sus malos cambios de look en el pasado, inclusive de las historias detrás de las diminutas cicatrices que el mayor tenía en ciertas partes del cuerpo, historias de la infancia.

También habían comenzado a cenar juntos, Jimin no cenaba hasta que el mayor llegara y había comenzado a hacerle el lunchbox para su trabajo.
Los encuentros de Jimin con hombres casuales habían terminado desde la primera vez que estuvo con Namjoon.

Y los encuentros de Namjoon con su secretario habían terminado desde la segunda semana que había estado con Jimin, era cierto que los había querido dejar desde la primera vez. Pero no contaba con que su secretario no aceptara un no por respuesta.

Aunque al final decidieron dejarlo ya que Namjoon siempre parecía distraído y su secretario había comenzado a hacerlo con uno de los socios de la empresa que frecuentaba el lugar.
Así que, era libre después de todo.

Lo único que faltaba era poner las cartas sobre la mesa.

. . .

El rechinar del sofá de tres piezas que había frente al televisor era lo que se escuchaba en el apartamento, junto a los gemidos de Jimin que no intentaba ocultar y el choque de pieles que Namjoon se encargaba de provocar al golpear duramente la próstata del menor.

Jimin tomaba con fuerza los cabellos de la nuca del mayor, se encontraban ambos acostados mientras Namjoon estaba detrás de Jimin abrazando su torso y pegando su tersa espalda a su pecho mientras con su otra mano sostenía una de las piernas del menor para que se mantuviera abierto y le fuera más sencillo el entrar en él al ritmo que tanto quería.

Pegaba su boca al oído del menor susurrándole lo mucho que le gustaba cómo su pene se sentía al adentrarse en su pequeño orificio para después lamerle el lóbulo y sentir cómo Jimin apretaba aún más su nuca y escondía su rostro en el sofá.

Jimin giró su rostro hacia él comenzando a besarlo sin pudor alguno mientras gemía.

-¿Te gusta? -lo miró a los ojos, esos ojos azules que se encontraban en otra dimensión -¿Te gusta como la meto tan profundo en ti?