Aceptar el trabajo de ser el cuidador personal de la mascota de un empresario sin duda había sido la mejor de las decisiones tomadas por el estudiante Park Jimin.
☆TERMINADA
☆Minific
☆ Historia 100% mía
☆Portada hecha por mi
☆Contenido explícito
...
Namjoon, ese nombre que daba vueltas en la cabeza de Jimin, ese hombre que se moría por tener encima suyo mientras lo follaba de una manera bestial.
Justo como lo imaginaba ahora mientras montaba el gran dildo rosa e imaginaba que era la enorme polla del moreno que le arrancaba sonoros gemidos en la soledad de su habitación.
Jimin tenía tantas ganas de hacerle perder la cordura para que no tuviera ni una pizca de piedad cuando por fin se encontraran revolcándose en la amplia cama del moreno.
-Mierda... sí -el dildo le llenaba tan bien mientras sus movimientos se volvían circulares sobre él, tocando sus puntos de quiebre para después tomar otra posición recostando su espalda en el colchón y apretando sus piernas juntas contra su pecho sujetándolas por debajo de sus rodillas con un brazo mientras que con la otra mano seguía metiendo y sacando el dildo de su entrada de manera rápida y dura
Jimin se imaginaba al moreno completamente desnudo encima suyo, imaginaba sus regordetas piernas al rededor del hermoso cuello de Namjoon, un cuello lleno de las marcas que él mismo se encargaría de hacer, sus grandes manos tomándolo con fuerza, una mano en su cadera para poder seguir penetrándolo tan bien como seguramente lo haría. Y la otra mano, demonios tenía tantas fantasías para la otra mano.
Esta podría estar en su pene bombeándolo mientras lo llevaba al delicioso orgasmo, o podría estar tomando su cuello con fuerza, diablos si, eso lo excitaba. Quería esa mano sobre su cuello haciendo una ligera presión. Quería que esa mano tuviera atrapados los gemidos que no podría sacar.
Esos labios, grandes, los quería, los deseaba, necesitaba tanto que esos labios estuvieran en alguna de sus orejas susurrándole palabras tan sucias.
Se imaginaba tantas posiciones y tantos lugares dentro del loft en el que vivía el moreno.
Anhelaba que el día en el que por fin lo poseyera llegara pronto.
Se corrió sobre su abdomen manchando también sus muslos apretados contra su pecho, sacó el dildo de su interior soltando un gemido de frustración, se había sentido bien. Pero no tan bien como hubiera querido, aún estaba caliente, deseoso de más, pero cansado y eso lo ponía muy molesto. Namjoon quizás no se cansaría tan rápido, quizás sería como esos hombres que no paran hasta que ya estás delirando. Esos hombres eran los favoritos de Jimin. Y seguramente Namjoon sería como esos hombres.
Estaba harto de llegar a su departamento y tener que tomarse su propio pene, odiaba tener que darse placer él mismo. Odiaba tener que prepararse sólo con sus dedos cortos y regordetes que no llegaban hasta ese punto que lo hacía delirar y perderse en el placer. Pensaba en que seguramente los dedos del moreno llegarían sin esfuerzo, en como seguramente los movería de una forma tan ágil que lo harían tener que llevar una de sus manitos a su boca para que los vecinos no se quejaran de los gritos que él estaba seguro que soltaría.
Amaba sus juguetes, amaba cada uno de ellos. Antes los usaba seguido, le encantaba darse placer a sí mismo todo el tiempo. Pero desde que comenzó su obsesión por Namjoon ya ninguno de ellos lo satisfacía lo suficiente.
Le encantaba poder obtener a cualquier hombre que quisiera. Tenía un muy buen ojo con las pollas enormes, era como su súper poder, parecía que podía ver a través de las ropas de cualquier individuo y checar el paquete que cargaban justo detrás de la cremallera. Lo único que hacía después de su escaneo era acercarse y en menos de dos horas ya estaría apoyado en alguna superficie, no importaba que fuera mientras lo tuvieran retorciéndose de placer.
Pero Namjoon era distinto, él era un hombre astuto, por que sí, era un hombre mayor, pero para Jimin los hombres mayores ciertamente le parecían presas igual de fáciles que los chicos. Los hombres de mayor edad más que presas fáciles le parecían un reto. Le encantaban.
Y este hombre le encantaba más.
Detestaba el hecho de tener que verlo diario, algunas veces inclusive verlo recién salido de la ducha, odiaba el no poder lanzarse a sus brazos fuertes, el no poder simplemente quitar la estorbosa toalla que cubría la parte más hermosa del hombre. O al menos la que más le interesaba a Jimin.
Si bien Namjoon era un hombre, Jimin no era ningún niño, quizás a penas pasaba la mayoría de edad, quizás aquel hombre le llevaba más de una década, pero sabía perfectamente cómo complacer. Él conocía su cuerpo, conocía sus atributos y sabía como usarlos. Aunque ciertamente para él siempre había sido demasiado fácil, con tan solo observar a los ojos a su presa, pasar la lengua por sus labios y quizás mover un poco las caderas, sólo hacía falta un chasquido y tendría a quien quisiera a sus pies.
Pero para este hombre tenía que hacer algo que no había hecho en mucho tiempo.
Debía hacer un plan. Por que Jimin no se iría el viernes de ese loft sin haber sido perfectamente follado, es más, Jimin ni siquiera planeaba irse de ahí, por que lo que él quería era despertar al mediodía del sábado con un placentero dolor en la parte baja de la espalda y unos brazos fuertes envolviendo su cintura.
Pensaría en algo mañana.
Estaba por quedarse dormido cuando su celular sonó. Lo tomó estirando su mano tanteando en la mesa de noche hasta encontrarlo mirando un mensaje de su jefe.
SexyNam ha enviado un mensaje...
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Buenas noches Jimin, espero estés despierto y leas mi mensaje.
Me acaba de surgir una junta muy importante mañana temprano, mi cita es a las 8:00am por lo cuál quisiera que vinieras desde las 7:00am a mi departamento.
Te veo mañana, duerme bien.
Miró hacia la mesa de noche, el reloj marcaba las 12:00 am en punto, bueno, podría dormir las horas suficientes.
Ya planearía algo mañana.
ฅ^•ﻌ•^ฅ Oaaaaa So
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