Cap. 4

652 78 15
                                    


Vivir con Maca es... interesante.

Aprendió en un par de días que iba a encontrar lápices en los lugares mas extraños, los más peligrosos siempre eran los que apuntaban en los sillones de la sala de estar, también se tuvo que acostumbrar a tener que cocinar siempre para dos personas porque no importa cuando lo intentara, Maca definitivamente no iba a poder cocinar para ambas, eso no la detenía de intentarlo, Rubí despertaba todos los días sintiendo olor a quemado desde la cocina porque Maca quemaba algo siempre todas las mañanas. Todas. Las. Mañanas

Aparte de eso ha sido divertido. Se sorprende que con el paso de los días puede aprender algo nuevo de ella, no sólo las cosas obvias como su color favorito (azul), que le encanta dibujar, su pasión por la lectura, lo que prefiere para comer (la comida picante, mientras más picante mejor) y el amor inmenso que le tiene a su hermana (hablan sin falta todos los días por lo menos una hora). Pero también aprende que no es una persona que le guste que la despierten por la mañana, su placer culpable son los programas de remodelación de casas y que se ha leído tantas veces los libros de Jane Austen que puede recitar párrafos enteros de memoria.

Habla siempre con mucho entusiasmo sobre sus dibujos, las diversas técnicas para dibujar, no solo en papel, sino que también digitalmente, y una vez que empieza es capaz de seguir toda una tarde si no le dicen que se detenga. Si bien Rubí no comparte el mismo entusiasmo por el dibujo, si se ha visto a si misma apoyando su mentón en las manos y asintiendo a todo lo que Maca le dice, por una parte, porque Maca tiende a sonreír más cuando habla sobre sus dibujos, pero también porque a Rubí le encanta ver a las personas que están encantadas con lo que hacen.

Tal como Rubí sospecho desde un principio, ellas encajan juntas, no juntas juntas, pero como amigas, como un equipo. Es sorprendentemente fácil acostumbrarse a Maca, quien suele ser generalmente callada y en ocasiones desordenada, principalmente con sus elementos de trabajo. Sin embargo, se ha visto en más de una ocasión ayudándola con sus trabajos, y dándole sus opiniones sobre los diversos proyectos que le piden la universidad.

Por supuesto que discuten, es generalmente Rubí la que empieza las discusiones y la mayoría de las veces es porque disfruta ver como Maca intenta razonar con ella y dar sus puntos de vista, también la mayoría de las discusiones terminan cuando Maca se da cuenta de esto.

Hay días si, donde Maca no está de buen humor, hay una semana en particular cuando Maca se rehúsa a comer o a pasar mucho tiempo con ella luego de la universidad, Rubí comienza a preocuparse así que le pregunta a Carlitos

"No me extraña, acaba de pasar el aniversario de la muerte de mi tío, no quise avisarte porque siempre es complejo para la Maca y suele pedirnos que la dejemos sola"

"Oh, ¿y hay algo que pueda hacer para que se sienta mejor?

"Chocolate" Le dice Carlitos "El chocolate ayuda, el blanco le encanta, y, mmm... ¿Sopa tal vez? El tío era experto en cocinarles una sopa de cebolla, es receta familiar así que te la enviaré para que lo intentes"

"Puedo intentarlo" Dice Rubí

Así que cuando en los siguientes días ve que el ánimo de Maca no mejora se decide a ir a buscar todos los elementos necesarios para poder preparar la receta y así esperar a Maca con comida cuando llegue de la universidad.

Se pasa la mayor parte de la tarde intentando hacer la sopa, después de botar a la basura dos intentos y de ya no quedarle rastro del maquillaje que se puso en la mañana por todas las lágrimas que causó cortar tantas cebollas, decide que la sopa ha quedado lo suficientemente buena.

Una flor en mi [Rubirena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora