Itzmin esperó, no porque quisiera, sino porque sabía que no había salida posible. Cuando vio la luna poniéndose en el horizonte, el miedo llenó todo su cuerpo, comenzó a temblar, tenía tantas ganas de llorar pero las lágrimas no salían.
- "Vámonos" volteó a ver a la voz, era Ilhuicamina, se paró junto a ella con otro sacerdote, Itzmin lo reconoció de la noche anterior.
Dos guerreros águila abrieron el camino mientras el sacerdote hablaba con Ilhuicamina e Itzmin los seguía, dos guerreros detrás de ella.
El sol comenzaba a mostrar algo de luz en el cielo oscuro, pintándolo con un tinte naranja y violeta. Cuando llegaron al Gran Templo ya estaban allí 4 capturados más, estaban pintados de azul. Itzmin fue abordada por una mujer que le pintó la frente y las mejillas con rayas azules.
Un sacerdote miró a algunas de las personas que se reunían alrededor del gran templo, estaban charlando pero en su mayoría guardaban silencio, expectantes.
Itzmin buscó a Mexitli, no sabía por qué, pero tal vez era una forma de asegurarse de que todo estaría bien. Sin embargo, ella no estaba allí y pronto el evento comenzó.El capturado comenzó a llorar y gritar, los guerreros lo sujetaban firmemente contra la fría roca. Un sacerdote se alzó sobre él y con un movimiento rápido le abrió el pecho y le sacó el corazón, elevó el corazón hacia el sol ahora naciente, la gente gritó complacida.
Itzmin miró hacia otro lado y dejo salir las lagrimas que abundaban sus ojos, sabía que esto era normal pero verlo en persona fue impactante, cerró los ojos tratando de no vomitar.Después de un fuerte golpe, Itzmin finalmente abrió los ojos aún llenos de lágrimas. Sabía que su destino pronto sería así, la muerte no la aterrorizaba, pero se preguntaba cuánto dolería y cuánto se preocuparían sus padres por ella.
El segundo capturado tuvo el mismo destino, Itzmin desvió la mirada de nuevo. Es extraño que cualquier civilización antigua no tenga sacrificios humanos, pero verlo con sus propios ojos sin el mismo contexto que ellos realmente la impactó .
El tiempo pasó volando, más rápido de lo que Itzmin hubiera querido . Fuertes brazos la empujaron hacia la roca que ahora goteaba con sangre.
Dos personas la agarraron, una sujeto ambos brazos y la otra las piernas. Su corazón latía con fuerza, lo sentía justo en sus oídos y el zumbido no paraba, todo estaba borroso, estaba demasiado asustada. El sacerdote se acercó e Itzmin cerró los ojos mientras tomaba una bocanada de aire, probablemente su última.Pasaron los segundos y esperó a que la obsidiana fría finalmente hiciera contacto con su caja torácica, pasaron más segundos sin que pasara nada y se preguntó si algo andaba mal.
Finalmente abrió los ojos y vio que el sacerdote no la miraba, sino que miraba al cielo, los guardias vacilaron y aflojaron su agarre, dejándola incorporarse. Itzmin miró lo que estaban viendo, el sol se estaba oscureciendo, un eclipse.Casi lloró de alegría, ¡Esto significaba algo importante! Lo leyó en sus libros de historia.
El sacerdote quiso continuar pero el sol ahora estaba completamente cubierto por la luna, oscureciendo todo.
- "¡Hemos enfurecido a Huitzilopochtli!"
Surgieron murmullos de pánico.
- "¡Han habido suficientes sacrificios! ¡Hemos enojado a nuestro señor!"Ambos guardias soltaron a Itzmin y ella se puso de pie, sus piernas temblaban de miedo. Tenía tantas ganas de vomitar, no solo estaba realmente asustada, sino que la sensación de la sangre húmeda y pegajosa en la espalda la hacía sentir aún peor.
Una dama la apartó y se la llevó, todo el tiempo Itzmin estuvo atontada, solo quería que esto terminara, quería irse a casa.
Cuando sus pensamientos se aclararon, miró a su alrededor, le dijeron que se quedara allí . El lugar era hermoso, estaba lleno de cosas, algunas las reconoció como ollas con copalli y otras con maguey. El lugar parecía simple pero importante.
Pasaron los minutos y escuchó pasos, el miedo llenó su cuerpo ya que pensó que era un guardia y tal vez estaba aquí para terminar lo que no pudieron debido al eclipse.
Sin embargo, entró un hombre, tenía atuendo normal, lo que maravilló a Itzmin fue que tenía un pendiente con una pluma y un brazalete de oro con plumas también. Tenía un piercing de jade en la nariz. Seguramente era otro Tlamacazqui, parecía joven pero no demasiado.Después de mirar fijamente por un momento, Itzmin miró hacia otro lado, ¿qué estaba haciendo aquí? ¿Que queria el?
El hombre no la volteo a ver y en su lugar tomó un trozo de copal y lo colocó en un plato mientras le prendía fuego, esperó hasta que el humo comenzara a salir.Itzmin arrugó la nariz, no estaba particularmente acostumbrada al olor tan fuerte. El hombre caminó con el plato y el copal hasta que toda la habitación se llenó de humo, luego se sentó frente a ella y colocó el plato entre ellos.
- "¿Quen motoka?" Preguntó el hombre.
Itzmin lo miró perpleja - "Itzmin"
El hombre asintió con la cabeza "bueno Itzmin. Notoca Quiahuitl"
- "¿Qué está pasando? ¿Por qué estás aquí?"
Quiahuitl se rió entre dientes y miró a Itzmin.
- "Es simple en realidad. Sabía que vendrías"Lo siento por no haber publicado en un tiempo. Por dos semanas me enfoque solamente en estudiar para mis finales y no tenía tiempo de leer menos de escribir algo.
Después me tomé otra semana porque por fin compré Procreate y un apple pencil y estaba tratando de entender cómo funcionaba todo, pero ahora que creo que ya le entendí quiero traer dibujos de mejor calidad.
Gracias por leer y espero tengan un bonito año nuevo y nos veremos pronto con más capítulos.
EDITADO :)
29 de Diciembre, 2021
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Susurros ancestrales
Historical FictionItzmin era una niña tranquila disfrutando de su ya adolescencia, tenia interéses como cualquier otra persona. Lo que más le gustaba era saber más de los mexicas y siempre se imaginaba como debió ser la ciudad durante su esplendor, sin embargo, nunca...