Eran las once de la noche y aún su Alfa no llegaba. Aunque no lo quisiese aceptar, Jungkook se comenzaba a preocupar. Namjoon siempre llegaba antes de las diez para llenarlo de besos y caricias, cosa que al Omega le encantaba y ni loco se lo diría a su esposo. Se levantó del sillón y fue hacía la cocina por un vaso de agua. "De seguro no es nada grave, tal vez solo hay mucho trafico". Pensó el Omega mientras se servía jugo de durazno. "¡Ese Alfa estúpido, solo me hace estresar!". Pensó de igual manera.
Agarró su celular para ver si recibió algún mensaje de ese Alfa tan despistado pero no encontró nada. "¿Que?, ¿Ningún mensaje? Cuando llegue se las vera conmigo". Pensó Jungkook mientras se mordía los labios nervioso pero a la vez enojado.
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Había pasado una hora y el Omega tenia ganas de llorar. "¿Y si les paso algo malo?, ¿Y si esta en el hospital y su celular se rompió en el camino?, ¿Y-Y si ya no me quiere por ser tan frio con el?". Pensó mientras unas pequeñas lagrimas salían de sus bonitos ojos. No quería llorar, no quería sentirse vulnerable. Odiaba ser así, ¿Qué más?, se odiaba a si mismo. Por ser tan vulnerable y tan frio a la vez. Al notar que estaba llorando, limpió con la manga de su suéter las lagrimas que había en su rostro y también las que estaban saliendo.
De repente la puerta se abrió dejando ver a un Alfa bastante cansado con unas bolsas que indicaban que fue a la tienda. El Omega rápidamente fue hacía el y lo abrazó fuertemente. El Alfa extrañado pero a la vez sorprendido correspondió su abrazo tirando las bolsas que anteriormente cargaba en sus manos. Al separarse, Namjoon vió a su Omega llorar. Asustado habló.
— ¡Cariño, ¿Qué pasa?! - Le preguntó mientras veía con preocupación a su esposo.
— T-Tonto, Eres un Alfa muy estúpido, ¿Lo sabias? - Expresó Jungkook mientras se limpiaba sus lágrimas.
— ¿Ah? - Dijo consternado el de cabello negro.
— No habías llegado a las diez, así que m-me preocupe, p-pero solo un poco - Dijo Jungkook mientras intentaba que no se notara la obvia preocupación que sintió.
El Alfa solo río enternecido y abrazó a su bonito esposo por la cadera - Mi amor, tienes razón, perdóname por haberte preocupado. Es que tuve una junta sin previo aviso y de paso fuí por tu pastel favorito. - Dijo mientras lo veía a los ojos.
— ¿Y-Y que hay del celular?, ¿Por que no me mandaste algún mensaje? - Dijo el Omega con las mejillas teñidas de rojo.
— Se me olvidó, ¿Podrías perdonar a este tonto Alfa? - Dijo el más alto mientras acariciaba la mejilla de su esposo.
— Esta bien. -Dijo el Omega y finalmente se dieron un beso. La noche terminó en ellos abrazados comiendo pastel.
