delta | thorki

36 - fin.

Tres meses después.

—Hace siglos que no veo a Thor, ¿Habrá engordado? ¿Estará más alto?—

—Fueron sólo tres meses— dijo Bucky, sin ganas, —Y lo conoces desde hace más de dos años, si no creció ni engordó en ese tiempo no lo hará en unos meses—

—Pero el embarazo te cambia— objetó Natasha.

—Odínson no está embarazado, idiota— se metió Darcy en la conversación, —Él no es el pasivo, ni el omega. Es el que dice que va a comprar leche y no regresa nunca más— Darcy se rió de su propio chiste.

—Recuérdenme porqué me ofrecí a traerlos— habló Balder al volante, en tono de súplica.

Los tres raritos habían hablado todo el camino, sin descanso y habían discutido varias veces por banalidades o porque se golpeaban sin querer.

Ninguno había querido ir en el asiento del copiloto, así que los tres amigos iban apretándose en el asiento trasero, mientras Balder se sentía como un taxista o un padre con sus tres hijos inquietos.

—Porque le querías ver el culo a mi hermana— respondió Bucky con total seguridad, haciendo que Natasha riera, Darcy se volviera un tomate y comenzara a golpearla, y Balder quedará sin palabras.

Segundos después, Balder respiró profundamente, reprimiendo el impulso de frenar el auto y dejarlos en medio del camino.

—¡Cambio de tema!— habló Natasha con emoción, —¿Creen qué a Loki ya se le note la barriga?—

—De comer, quizá— dijo Darcy.

—De comerse a Odínson— corrigió Balder, haciendo que ambos rieran, y que Balder les dirigiera una mirada extraña por el espejo, —Sólo son tres meses, se le va a empezar a notar enserio a los seis meses—

—Ken falso— lo llamó Darcy, haciendo que Balder frunciera el ceño, —¿Ya saben cómo le pondrán?—

El rubio negó.

—No creo, tampoco les pregunté—

—Bien, pensemos un nombre— Natasha sonrió ampliamente, —Tengan en cuenta que tendría que ser apto como para un perrito también... Considerando que serán cambiaformas como Loki—

—¿Cómo le pondrían a un perrito?— preguntó Balder, algo divertido por el razonamiento de Natasha.

—¿Si es niño? ¿O niña?— preguntó Bucky, con una mano en su mentón, pensativo.

—¿Un nombre para perra? Bucky— dijo Darcy, haciendo que Natasha y Balder rieran, y está vez fue el castaño quién golpeó a su hermana.

Continuaron todo el camino de la misma forma, hasta que llegaron a la casa donde sería el babyshower, cuando se quedaron sin palabras al ver el amplio patio con decoraciones, gente bien vestida, y una casa amplia y de diseño moderno un poco más atrás que todas las mesas.

—¿Esa es la casa del mismo chico con un mugruso departamento de dos ambientes?— preguntó Bucky, aunque de forma retórica.

—Me duele la pobreza— Natasha se llevó una mano al pecho dramáticamente.

—Con cosas así me dan ganas de tener un sugar daddy— comentó Darcy, aunque en tono de broma, mientras sostenía la puerta del auto para que Bucky bajara por su lado.

—Más que azúcar, creo que tú tipo son los muñecos— comentó el castaño con una sonrisa, palmeando el hombro de su hermana con fuerza.

Balder lo miró de reojo, pero Darcy frunció el ceño, sin entender.