delta | thorki

03 - golden boy.

El muchacho de mirada amable se miraba en su reflejo, con un suspiro cambió su rostro cansado a una expresión encantadora.

Se supone que le presentarían a Loki Laufeyson, el omega del momento, ya que, contra todo pronóstico, luego de décadas sin que algo así ocurriera, el chico era un cambiaformas, cosa que llamó la atención de todo el mundo.

La familia del omega buscaba al mejor alfa para su hijo, del linaje más puro posible, con la esperanza que al tener hijos éstos nazcan con los mejores genes, incluído el propio don de transformarse en un adorable lobito a voluntad, así cómo ese tal Loki Laufeyson podía hacer.

Y él era uno de los candidatos principales, de familia de magnates, heredero de una gran fortuna, hijo único y perfecto, apodado el golden boy por todas sus cualidades.

Pero a Steve Rogers le importaba tres pepinos que tan fabuloso pintaran a ese omega.

Porque ese desconocido no era quién él quería para su compromiso.

Aún con esfuerzo se arregló con ropa elegante, se acomodó el cabello hasta quedar perfecto y se colocó una sonrisa rompecorazones en el rostro.

Luego de una última mirada en el espejo se volteó para salir de su amplio dormitorio. Su sonrisa no duró mucho al ver al chico castaño parado en el umbral de la puerta, el beta lo miraba con súplica.

Había discutido con Anthony Stark en cuanto se enteró que le presentarían a un omega, exigiendo que se revelara contra de sus padres, ya que él no quería ese arreglo. Y lo habían discutido muchas veces, puesto que ambos debían mantener su relación en secreto.

La familia Rogers no dejaría que su linaje se perdiera sí el último descendiente elegía a un beta, su familia no funcionaba así, ellos eran alfas y omegas, no había lugar para algo como Anthony.

Para el mundo ellos eran amigos, pero a solas ellos eran su propio mundo.

Y por esa razón el corazón de Steve se destrozaba cada vez un poco más.

No habían hablado desde hacía unos días, cuando la señora Rogers había aparecido para darle la noticia de su compromiso.

Pero cada vez que se cruzaban, Tony tenía esa misma expresión de "por favor, no lo hagas" en el rostro.

Steve suspiró y se acercó a Tony con paso tranquilo hasta quedar a unos centímetros del rostro del castaño.

-Por favor no sigamos así.- pidió el rubio, mirando los ojos del castaño aunque él tenía la vista en el suelo.

Tony no contestó, y Steve se desesperó un poco tomando el rostro del beta.

-Tony, mírame.- exigió, pero no obtuvo respuesta. Apretando los dientes con fuerza, sintió sus caminos siendo apretados y su voz salió de lo más profundo de su pecho, -Anthony, mírame.-

El castaño reaccionó automáticamente con la voz de alfa de Steve, el rubio sintió cómo un balde de agua fría caía sobre él al ver los ojos del beta a punto de estallar en lágrimas. Apoyando su frente en la Tony, suspiró para calmarse. El castaño sintió un cosquilleo cuando el aliento de Steve chocó contra sus labios.

-Lo siento, lo siento...- se disculpó el rubio, -no te gusta que use mi voz de alfa, lo sé... es sólo que... estoy demasiado estresado, bebé.-

El castaño asintió.

-Por favor, dí algo.- pidió.

Tony tardó un momento en responder.

-Ya sabes lo que diré.- dijo por lo bajo.