my pretty girlfriend
Sus grandes manos recorrían con adoración sus caderas recubiertas por un bello y señido vestido lila con estampado de flores, su ondulado cabello decoraba sus hombros y su chico se sentía defallecer ante tal hermosa precencia, su pareja era una diosa para él, merecedora de toda su devoción. Aún así solo podía pensar en su belleza embriagadora fomentando el deseo de devorarla en un segundo y hacerla suya otra vez más, pero estaban en público, demasiado expuestos para realizar un acto tan obsceno, además debía tener en cuenta su objetivo para encontrarse ese día: que conociera a su madre.
Extrañado por no verla con sus típicos atuendos rosados propios de los 2000 o algo más "erótico" como era típico, aunque el vestido era corto y escotado de igual forma daba una sensación de recato, le preguntó a la joven el porqué de su elección. Su respuesta lo dejó algo confundido, decía que quería verse más "pura" y "relajada" para verse con su madre, darle una apariencia de niña buena en pocas palabras, él solo dirigió su fría mano hacía el rosario que colgaba del cuello ajeno para dar vuelta la cruz que miraba para el lugar incorrecto.
Si bien para él su pareja era un ser hermoso e inalcanzable del que nadie era merecedor de su presencia, le dió algo de gracia su respuesta, no le molestaba que usará prendas tan extravagantes que dejarán ver su piel, a ella le gustaban, con eso era suficiente, además verla tan emocionada por poseer una nueva prenda lo llenaba de ternura, sin olvidar que le satisfacía silenciosamente la envidia de sus compañeros por tener una novia con un cuerpo tan hermoso y deseable. Le comentó sus pensamientos a su acompañante y añadió que ese rosario era la impureza personificada, que de solo verlo recordaba sus pechos siendo azotados por ese collar cada vez que rebotaban por las fuertes estocadas que le daba el más alto en sus citas de lujuria. Sonrío al verla tan avergonzada por sus palabras: como amaba a su bella novia.
