-Lumine. -Aether se acerca con una sonrisa dulce en su rostro. -Volvamos a casa, creo que ya hemos explorado suficiente, es hora de descansar. -acaricia mi mejilla con delicadeza.
-Aether... -es lo único que sale de mi boca, no puedo decir nada más que su nombre.
-Esta bien, querida hermana. -él me abraza y siento mis ojos humedecerse, intento levantar mis brazos para devolverle el abrazo pero no puedo, algo me lo impide. -¿Sabes? -lo escucho hablar aun entre sus brazos. -Creo que llegaste muy tarde, Lumine. -no entiendo de que está hablando. -Ya es demasiado tarde.
-Aether. -quiero gritar que no es tarde, aún tenemos suficiente tiempo, él mismo lo dijo.
Mi hermano deja de abrazarme y se da media vuelta, alejándose de mi con cada paso que da sin mirarme por segunda vez.
-¡Aether! -grito finalmente desesperada, no quiero que se vaya, quiero correr hacia él pero no lo alcanzo, como aquella vez, llego tarde. -¡Aether!- grito con mayor fuerza despertando de esa pesadilla. Las lágrimas siguen brotando incluso después de haber despertado.
-¡Lumine! -una pequeña cosa cae sobre mi estómago abrazándome con fuerza. -Estabas llorando y Paimon intentaba despertarte pero no lo hacías, Paimon se preocupó mucho mucho mucho. -escucho a la niña hablar apresuradamente mientras su agarre se vuelve más ligero. -Paimon odia ver llorar a Lumine, duele verte triste. -ella me mira aguantando sus lagrimas y su pequeña nariz sonrosada.
-Estoy bien, Paimon. -acaricio su cabeza para demostrarle que nada malo pasó. -Solo fue una pesadilla. -muestro una sonrisa genuina, estoy agradecido de tenerla a mi lado.
Luego del momento emotivo, Paimon vuelve a su yo usual y me reprende de que no la alimento y algo de que si la apreciara realmente le hubiera regalado cien cajas de pizzas.
-Bien, vamos a desayunar. -me río de su cara emocionada.
-¡Si! -da un gritito de emoción. -Diluc debe estar esperándonos. -habla Paimon mientras sale de la habitación.
"¿Por qué Diluc nos esperaría?" Pienso un poco confundida pero luego lo recuerdo.
-¡El favor que tenía! -me levanto lo más rápido posible y me alisto para irme.
~~~
En la taberna usualmente hay mucha gente bailando o tomando o cantando, volviéndola un lugar muy ruidoso, pero esta vez solo se escuchaba una tranquila melodía de una lira. Era una canción muy hermosa pero triste, la tristeza se sentía en cada nota o así fue como lo sentí.
-Viajera, ¿cómo has dormido? -preguntó el bardo sentado en una de las altas sillas del bar con una copa a medio tomar de lo que supongo es vino.
-Muy bien. -respondo acercándome y tomo asiento a su lado. -Buenos días, Venti. -lo saludo.
-Buenos días, Bardo de Pacotilla. -habla Paimon desde mi otro lado pero sin mirarlo realmente.
Se hace un incómodo silencio mientras esperamos a Diluc. Observo a Venti y sus mejillas están sonrosadas y una pequeña sonrisa se nota mientras toca nuevamente la melodía. "Está ebrio como casi siempre" pienso cuando suelta una risita. Siento que pasamos en silencio horas pero solo fueron unos minutos hasta que se escuchan unos pasos detrás nuestro.
-Solo digo que sería mejor que sonrieras un poco más, tu cara no demuestra bien tus emociones. -Kaeya habla entrando delante de Diluc con una sonrisa divertida.
-Métete en tus asuntos y déjame en paz. -gruñe el hombre y lo sobrepasa posicionándose detrás de la barra. Cuando nota nuestra presencia su mirada se suaviza pero vuelve a ensombrecer cuando visualiza al bardo medio borracho a mi lado. -¿Qué diablos haces aquí? Cerré la taberna por hoy así que vete. -dice con dureza hacia Venti.
-Maestro Diluc. -lo llamo intentando que no se vuelvan a meter en un pelea, es muy temprano para esto. -Buenos días, vine por nuestro encuentro de hoy. -sonrío dándole un saludo. -Buenos días a ti también, Kaeya. -saludo igualmente al peliazul que se había apoyado contra un pilar cerca nuestro.
-Pequeña caballera honoraria, espero que tengas un buen día. -sonríe y seguidamente dice. -Será mejor que me apresure en volver. La maestra Jean debe estar buscándome.
-Paimon cree que Kaeya está holgazaneando nuevamente. -habla la pequeña con un trozo de bizcocho que Diluc le había servido.
-Jaja, pequeña criatura debes tener cuidado con tus palabras. -le advierte con un tono divertido a Paimon mientras se acerca a la puerta. -Caballera Honoraria, te llamaré mas tarde. -dice por última vez antes de cerrar la puerta detrás de él.
-Viajera. -habla Diluc llamando mi atención hacia su mirada. -Te llamé aquí porque necesito pedirte un favor.
-¿Un favor? -"¿cuántos más favores tengo que seguir haciendo?" -¿Qué es lo que necesita, Maestro Diluc? -pregunto intentando disimular mi desagrado.
-Hoy no podemos tomar ningún favor. -habla Paimon antes de que Diluc diga una palabra. -Lumine y Paimon estarán completamente ocupadas este día.
-Paimon... -comienzo a hablar pero ella me corta.
-Lumine y Paimon retomarán lo favores mañana. -la criatura me mira sonriendo y yo le devuelvo la sonrisa.
-Esta bien. -Diluc parece un poco sorprendido por ser rechazado pero lo acepta fácilmente. -Mañana podemos hablar de esto. -él me sirve un plato de comida y un vaso de jugo de uvas. -Como te hice venir hasta aquí, mínimo acepta el desayuno. -él no sonríe pero su rostro se suaviza y ya no parece tan intimidante como siempre.
-¿Qué hay de mi plato? -canturrea Venti. -Yo también vine hasta aquí. -intenta verse tierno pero le agarra hipo.
-No me hagas repetirlo dos veces. -amenaza Diluc. -Vete mientras soy amable.
-Jeje, está bien, está bien. -Venti se levanta de su asiento y se dirige a la salida. -Lumine, te espero afuera, tengo algo que decirte.
-¡No favores! -le grita Paimon.
-Tranquila, no es un favor. -cierra la puerta detrás de él.
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Lost again (genshin impact)
FanfictionSucede luego de encontrar a nuestro hermano perdido. Punto de vista de Lumine. Los arcontes mienten. Lumine solo quiere descansar. Personajes no son mios, creditos a genshin impact. Perdón la mala escritura, solo lo hago desde mi punto de vista, es...