Chocolate II

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En la Casa Búho, Edalyn Clawthorne observaba la puerta por dónde su aprendiz había salido hacia menos de diez minutos. Le dio un trago a su vaso de sangre de manzana y miró la vieja bola de cristal. Intentaba ver algo que la pudiese distraer de su situación actual, pero no había nada que le interesase.

Hoy era un día importante para ella y para su humana. Probablemente más importante para ella, pues estaba en juego más de cinco mil caracoles que había apostado a favor de su aprendiz.

El recuerdo del día en que los gemelos Blight habían llegado junto con el resto de los amigos de Luz estaba fresco en su mente.

—Yo digo que Manoplas será la primera en decírselo. —Emira se oía bastante segura de sí misma. Edric por el contrario, sacó su lengua y se burló de su hermana.

—¿Hablas de Manoplas Blight? ¿Nuestra hermana? ¿Acaso ella no fue la que se sonrojaba cada que veía a Luz? —Edric esquivó un golpe de Emira, solo para tropezarse con una rama que había en el suelo. Willow lo ayudó a levantarse.

—Mira quien habla, Ed. ¿Cuántas veces te has quedado mirando como idiota a ese imbécil del Aquelarre del Emperador? —Las palabras de Emira tuvieron el efecto deseado y vio con gusto como su hermano se sonrojaba, ocultando su rostro de Willow y Gus, que lo miraban sorprendidos.

—¿Qué? —Gus fue el primero en decir algo, pero Edric ignoró a su compañero de Ilusiones y volvió a mostrarse pedante con ellos.

—Emira no sabe de lo que habla. Solo está molesta porque digo la verdad. Es más probable que Luz sea la primera en hablar. Ella tiene esa falta de autocontrol que la hará decir algo cuando ella menos se lo espere.

Edric esperaba que su gemela dijera algo, pero para su sorpresa, Gus fue el que habló.

—Bueno... Tienes razón.

—¿En serio? —Los gemelos preguntaron al mismo tiempo. Incluso Willow que se había mantenido al margen de la discusión miró sorprendida a su amigo.

—Quiero decir, no me sorprendería que Luz invitara a Amity a una cita y cuando esté a punto de decirle, sean atacadas por guardias del Emperador, vampiros o alguna otra cosa que quiera matarlas.

Todos miraron a Gus, reflexionando en lo que el joven brujo había dicho. Cuanto más pensaban en eso, más sentido cobraban sus palabras. Parecía como si Luz no pudiese pasar un día sin encontrarse en peligro mortal o sin hacer algo que pusiere su vida en riesgo.

—Yo creo que las dos lo dirán al mismo tiempo. —Willow habló por primera vez desde que los gemelos comenzaron a discutir sobre Luz y Amity—. Quiero decir, es lo más lógico.

Eso no tiene sentido, Willow. Emira observó a la chica del aquelarre de plantas con cuidado—. ¿Qué? ¿Acaso lo dirán al mismo tiempo y se empezarán a reír?

¿Por qué no? Ese es justamente el tipo de cosas raras que les podrían ocurrir a ellas. Además, Amity ha cambiado desde que Luz llegó a las Islas. No creo que se guarde todo lo que siente como lo haría antes.

¿Qué tan segura estás de eso? Edric se detuvo antes de tocar la puerta de la Casa Búho—. ¿Estarías dispuesta a apostar?

Confío plenamente en Amity y Luz. Claro que sí.

En ese caso, yo también apuesto. Mil caracoles a que Manoplas es la primera en decirle a Luz.

Mil caracoles a que es Luz la primera en hacerlo.

Quinientos. Por Luz.

¿Gus? ¿Tú también?

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