☆; Epílogo

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Cuatro años después.

Chimon y Nanon ya llevaban cuatro largos años de relación, en donde aquella pareja pasó momentos completamente inolvidables y muy increíbles. Ambos derrochando amor y miel en cualquier lugar al que iban. Una pareja que era envidiada por muchos de sus compañeros e incluso maestros de aquella Universidad.

Formalmente ya eran adultos, ambos con 22 años cumplidos, actualmente cursando el último año de la universidad. Faltando sólo un par de meses para que ambos se conviertan en unos buenos profesionales; lo mejor de todo era que podrían trabajar en lo que más les gustaba. Nanon Korapat ejercería en arquitectura, mientras que Chimon Wachirawir en diseño de modas.

Ambas profesiones son totalmente diferentes, pero a la vez parecidas, teniendo cómo núcleo el arte y la creatividad. Talentos que ambos poseían.

El amor, cariño y respeto por el contrario no hacía falta en aquella relación. Una relación bastante sana para la edad que tenían. Una relación hermosa que formaron.

Nanon miró a Chimon, una sonrisa cariñosa haciendo aparición en su rostro al ver el perfecto rostro de su pareja, el contrario sólo sintió sus mejillas arder. A pesar de llevar cuatro años largos de relación, el Pelinegro no se acostumbraba totalmente a todas las muestras de afecto. Siendo primerizo en aquellas sensaciones. Bueno, ninguno se acostumbraba a las muestras de afecto del contrario, pero aun así eran muy empalagosos.

Chimon escondió su rostro en la curvatura del cuello del contrario, sintiendo un poco de vergüenza. El contrario sólo sonrió enternecido, arrugando su nariz en el proceso. Bajó unos centímetros sus manos hasta tenerlas sobre la cadera del contrario.

El Pelinegro elevó un poco sus brazos hasta tenerlos alrededor del cuello de su pareja. Se miraron fijamente y en silencio, sus ojos brillando en el proceso. Entonces, Nanon decidió moverse al ritmo de la melodía lenta. Rápidamente, Chimon siguió suavemente el ritmo contrario, sin despegar su mirada de los profundos ojos contrarios.

Sin poder resistir más, Nanon se acercó hacia los labios de su pareja y empezó un beso suave y lento, sin apuros, disfrutando del sabor a fresas de los belfos contrarios. Aquel sabor a fresas que nunca abandonaba a su preciado novio. Ambos moviendo delicadamente sus labios contra los contrarios, ambos con los ojos cerrados para disfrutar más aquel dulce momento.

Al separarse, ambos sonrieron dulcemente por la acción que anteriormente hicieron, sin más, empezaron a moverse nuevamente al ritmo de la música, tratando de evitar chocar con otras personas de aquella pista de baile.

Quedaron exhaustos al bailar seis canciones más, sintiendo pequeñas gotas de sudor recorrer por sus frentes y cuello debido al calor que hacía a causa del montón de personas que estaban en el mismo lugar, pocos segundos después, decidieron emprender camino hacia la barra de aquella discoteca, tomando asiento en las sillas.

ᅳBuenas noches, ¿qué les gustaría pedir esta noche? ᅳhabló el bartender amablemente.

ᅳBokbunja ju. ᅳrespondió el pelinegro seriamente al ver que aquel bartender observaba demasiado a su pareja.

Chimon observaba tímidamente al chico de la barra, sonriendo nervioso. Nanon frunció el ceño al observar aquello.

ᅳBebé, ¿tú qué vas a pedir? ᅳaquel apodo hizo que Chimon se ponga rojito, Nanon pasó su brazo derecho alrededor de la cintura del contrario, abrazándolo.

Haciendo aquella acción mientras observaba al chico de cabellos marrones, con una sonrisa burlesca en su rostro al observar que aquel tipo sonreía forzadamente.

Solo Amigos?~NaMonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora