Capítulo Único

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Los Personajes de Black Clover no me pertenecen.
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~La Familia que me Diste
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Bueno, había comprobado el mito. Una mujer deja de crecer a partir de los 17 años.

Noelle se observaba en el espejo del dormitorio que compartía con su marido. Era un espejo rectangular y largo hasta el piso. Tenía los bordes con acabados en oro con diseño de rombos teniendo en el centro de cada uno una flor hecha de perlas. El espejo estaba de pie junto a la ventana normalmente pero Noelle lo había movido justo frente a su cama por si necesitaba sentarse de improvisto.

Noelle llevaba analizándose desde la mañana. Se le notaban más los cambios que nunca. En la época del entrenamiento en el Corazón se dió cuenta que ya no crecía prácticamente nada. Se había quedado en la estatura del metro con 66 centímetros. Le habría gustado crecer tal vez hasta la altura de Vanessa, solo le faltaba un poco pero no se puede tener todo en la vida. Las mujeres no tienden a ser muy altas en el reino del trébol pero le habían contado que su madre siempre estuvo por encima del promedio por lo que tenía más expectativas. Sin embargo, con el paso del tiempo ya perdió toda esperanza. No le parecía justo. Su hermana Nebra si era más alta. <<Te robaste los centímetros que me pertenecían Nebra-nee-sama>>.

No sería más alta como le hubiese gustado. Pero sí le ganó a su hermana en otras cosas, y de largo. Trasladó su mirada del tope de su cabeza y bajo los pies pues se había puesto en puntillas para ver cómo sería si fuera ese poquito más alta. Hacia abajo fue recorriendo su figura.

Siempre fue una chica esbelta, pero conforme la madurez alcanzaba su cuerpo para convertirlo en uno de adulta, se fue definiendo más. Sus pechos estaban más inflados de lo normal pero se seguía viendo que nunca fue una planicie. Estaban bien levantados ayudando a su silueta en la parte superior y aunque a veces sufría de la espalda no los cambiaría nunca. También tenia la clavícula más marcada. Los hombros definidos, no con mucho músculo pero si en su forma.

La cintura por ahora no la tenía del todo estrecha como de costumbre y peor aún el abdomen. Pero no era por estar gorda.

Los muslos nunca fueron exagerados en ella, tenían la forma ideal a su parecer, salientes para su silueta y también anchos para adentro del hueco que crean las piernas en paralelo. Pero eso no le molestaba, las piernas le ayudaban a formar la curva del hueso de su cadera. Las caderas de Noelle también tuvieron su tiempo de desarrollo. Se habían vuelto más amplias y redondas dándole más feminidad.

Eran sus caderas de lo que más orgullosa estaba. Le encantaba saber que su marido vivía por ellas. Cada que hacen el amor, él tiene una devoción por sus caderas. Las acaricia, besa y muerde levemente con toda la gana de hundirse en esa zona de su esposa. Otras veces también las sostenía con fuerza llevándolas al ritmo que quería.

El cabello lo llevaba suelto, pero las costumbres son difíciles de matar y tenía la gran necesidad de al menos agarrase un poco el cabello en una media cola hecha de un poco de cabello que tenía en el frente, con su típico listón lila. Mantenía su cerquillo sobre su frente cortándolo cada que siente que ya le llega a los ojos y por último los aretes de cruz simbolizando el linaje Silva al que pertenecía.

La Familia que me Diste [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora