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Caminaba con pesadez, tenía su mano derecha envuelta en aquella hacha con tanta fuerza que sus nudillos estaban teñidos en blanco. Su respiración era algo inestable gracias a la frustración que llevaba consigo en ese instante.
Se maldijo a si mismo por ser tan terco, pero el mal humor era intenso.

—Ran.

Escucho la voz de Woojin a sus espaldas, frunció el ceño pero no detuvo su paso. La carretera vacía frente a sus ojos le provocaban unas ganas insaciables de correr, quería hacerlo, tenía pensado hacerlo.
Si no hubiera sido por el mayor, quien tomó la muñeca de Ran evitando que haga algún mísero movimiento, arrebatando con fuerza el hacha que llevaba, para luego tirarla al piso. Lo sostuvo por las mejillas, buscando los ojos ajenos ante su llamado pero el menor solo lo evitaba, empujando su cuerpo para que lo soltase.

—¡déjame ir!— protestaba, dejando leves golpeteos en el pecho de Woojin.

El más alto frunció el ceño.—¿podrías ser agradecido por una vez en tu vida?

Mientras, detrás de ambos se acercaban con cautela los dos restantes del pequeño grupo. Jun limpiaba su cuchillo con un pedazo de tela, restando toda su atención a la pelea que claramente estaba siendo forjada. Por otro lado, Jisung intentaba intervenir de la forma más pacífica posible, sin tener que decidir a que bando oponerse. Pues, esto ya era costumbre para ambos; caminantes aparecían, todos luchaban contra alguno de ellos, menos una persona, y esa persona era Ran. El pequeño protestaba, se quejaba de no poder pelear el mismo para salvarse y las respuestas que Woojin le brindaba eran las mismas: "no, eres mi prioridad y tengo que protegerte", "no, aún eres un niño", "es por tu bien."
Ran no aceptaba aquello, por lo tanto empezaría una nueva rabieta.

Así era constantemente, después de casi 1 año y medio conviviendo con ellos y todo esto, ya era algo normalizado.

—uhm- ¿podrían resolver esto en otra parte? No creo que pelear en medio de una carretera vacía en donde estamos completamente expuestos a más caminantes, sea el indicado.— interfirió Jisung con una pequeña sonrisa mientras se posicionaba en medio de ambos, abrazando por los hombros al más pequeño.

Ninguno de los dos se opuso.

Se volteó, obligando a Ran a hacerlo también, dándole la espalda a Woojin quien bufaba molesto. Han despeino al más bajo, soltando una risita al escuchar las quejas del mencionado.

—déjame ya.

—dame un abrazo primero.— sentenció el mayor.

Ran rodó los ojos, aceptando sin rechistar a la petición de su mejor amigo. Lo rodeó con los brazos escondiendo su aniñado rostro en el pecho de Han.

—hueles horrible.

—¡oh! Quizás porque hace 5 minutos estaba descuartizado a varios zombies. Tonto, no esperes que huela a rosas y fresas.— respondía sarcástico, escuchando al castaño reír por su comentario.

Ran creía en que Jisung era un pequeño ser de luz en todo este nuevo mundo de oscuridad. Agradecía todos los días de su vida el haberse topado con ese tipo, en medio de una horda sin salida al inicio de todo.

—deberíamos movernos, el sol se ocultará pronto.— habló Jun junto a Woojin, quienes se mantenían un poco más alejados de los dos restantes.

Woojin revisaba el mapa, una vez más, asegurándose de que recorrían el camino indicado. También calculaba la distancia que restaba para llegar a un pequeño pueblo siguiendo más adelante. No eran más de 50 kilómetros, para ellos no era nada nuevo ni tampoco algo pesado, pues sabían que moverse era una de las principales reglas para sobrevivir.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2023 ⏰

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Al Final Mueren Los Dos | Hwang Hyunjin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora