1. El catálogo

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Internandose aún más en la Tardis, pues es ahí donde vivían en la larga y perezosa noche de Darillium, el Doctor iba hablando con Nardole, o con lo poco que quedaba de él.
-Está en algún sitio, el problema es que no recuerdo exactamente dónde. Tengo un cuerpo de cyberman, ¿eso te gustaría? Todo reluciente y pulido metal. Eso si que lo considero una mejora, para los cyberman - se quedó mirando la cabeza con ojo crítico - o tal vez, no.
-No quiero ser un cyberman, demasiado metal; quiero mi cuerpo original.
-Eso va a estar complicado, te recuerdo que fuiste decapitado vivo, bueno, en realidad casi todos los decapitados están vivos antes, de, bueno, ya sabes, perder la cabeza.
Por fin el Doctor encontró lo que buscaba, un libro gordo con pinta de catálogo del Ikea.
-Mira, aquí, podrías tener un cuerpo de dalek, todos los sistemas de destrucción anulados, podría sustituir la pistola blaster y el desatascador por unas manos funcionales muy monas. Aunque no serias portada de Skaro, me temo - el Doctor miró a la cabeza - ¿no?, vale, a ver que más tengo por aquí. He reunido una buena cantidad de repuestos con los años. Veamos... ¿Una armadura de Guerrero del Hielo?, hmm, son muy chulas, y serías más alto.
-¿Todo lo que tienes son armaduras? Quiero sentir el viento, y comer y dormir. Quiero mi cuerpo - replicó Nardole disgustado.
-Ok. Seguimos buscando. - el Doctor pasaba las hojas, de vez en cuando se paraba en alguna, echaba un vistazo pensativo y volvía a pasar hojas. - Tengo una armadura parcial de sontaran, podría combinarla con partes de racnoss, sólo las buenas... Vale, vale, nada de armaduras - dijo el Doctor molesto por la poca cooperación de Nardole.
Aquello iba a ser un poco más complicado de lo esperado. Cerró el libro de golpe, sobresaltando a su compañero.
-Vale, sólo queda una opción, hay que salir a buscar piezas.
-¿Y qué pasa con River?
-¿Qué pasa con ella?, está durmiendo, no se enterará. Además eres tú el que quiere un cuerpo, ¿no?
Nardole se quedó pensativo antes de asentir.
-Pero no nos alejemos mucho.
-Vamos al Mercado Rosa.
-¿No querrás decir Mercado Negro?
-Sé exactamente lo que quiero decir, le cambiaron el nombre porque "negro" tenía connotaciones racistas, para mi es sólo un color, no altera quien eres o la forma en la que te ve el mundo, pero lo cambiaron por algo menos ofensivo. - el Doctor se encogió de hombros, dando a entender así lo que pensaba estupidez humana.
Cogió la cabeza y fueron subiendo los innumerables pisos de la Tardis; pasaron, bueno el Doctor pasó de puntillas por delante de la habitación dónde dormía River. Se asomó un poco, todo estaba en calma. Bien. Sonrió con dulzura. Nardole puso los ojos en blanco, único gesto posible dado su estado.
El Doctor cogió su chaqueta, a punto de salir.
-¿Y yo qué? - protestó Nardole indignado.
Exasperado, el Doctor cogió un gorro de lana, con una ridicula borla y se lo puso a la cabeza, luchando contra la tentación de encajarselo hasta la barbilla.
-¿Mejor?
-Si, creo que hace juego con mis ojos.
El Doctor arrugó el ceño y se mordió la lengua, evitando por muy poco una mala contestación, que habría supuesto la anulación de la excursión. De verdad que necesitaba ese respiro, ese paréntesis. Si bien es cierto que amaba a River, y que le había prometido pasar esa noche con ella, también era cierto que necesitaba salir un poco él sólo. Bueno, más o menos...

Desde DarilliumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora