Capítulo 3

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<<"Por favor, sonríe de nuevo">>

Me lo prometiste, ¿Recuerdas?
No te vayas.
Quédate a mi lado.

~•~°~•~

Había sido un grave error haber actuado así, Jinho lo aceptaba.

Era su culpa, se arrepentía en gran parte de haber sido tan impulsivo en ese momento.

¿Quién podía juzgarlo? Ver a Wooseok culpándose de todo, sintiéndose tan miserable por la culpa de esa tipa, verlo roto... No, él no podía permitirse el ver en ese estado a su dongsaeng y no hacer nada para cambiarlo.

Quizá el haberle confiado sus pensamientos no había sido la mejor forma para ayudarlo, pero debemos considerar que Jinho no había estado en una situación parecida, donde debía -o se sentía en el deber de- apoyar emocionalmente a alguien.

Su único amigo realmente cercano -aparte de Wooseok- era Hui, y él es esa clase de persona que solo necesita que la escuches y, que con ello, él mismo encontraría las respuestas a sus dudas, molestias o temores; solo necesita soltar todo, más no es necesario que le aconsejes algo fijo, puesto a que el simple hecho de escucharse hablar en voz alta, lo hace reflexionar y darse un autoconsejo. En este momento maldecía ese don de su amigo, ya que si ese no fuera el caso, él sabría cómo actuar en ese tipo de situaciones.

Tal vez si las circunstancias en las que había sucedido aquello hubieran sido distintas, todo habría resultado bien.

Horas atrás, Jinho recién se levantaba, no por un mensaje o llamada de Wooseok, o por alguien tocando su puerta.

Sorpresivamente, el castaño se había despertado por voluntad propia.

"si la cabeza no me doliera como 3 infiernos, podría creer que hoy sería un grandioso día" Fue lo que se dijo mentalmente, antes de comenzar su rutina diaria.

Era sábado, lo que significaba que era su día libre.

No tenía trabajo, no tenía nada planeado que hacer.

¿Sería bueno llamar a Wooseok?

Estaba en duda desde que se levantó.

Vió la hora.

"8:00am"

En ese momento, el pelinegro ya solía mandarle mensajes de buenos días.

Pero nada llegaba.

Optó por prepararse su desayuno mientras esperaba.

Se hizo manualmente un café, echándole solo una cuchara de azúcar para poder estar lúcido todo el día, y tal vez también para quitarse el dolor de cabeza.

Dejando su bebida en la mesita de noche en la sala, al frente del televisor, se levantó en camino al refrigerador.

Observó lo que tenía. No era mucho.

Se hizo una nota mental de ir al supermercado, porque, si seguía así, quizá no duraría más de dos días.

Buscó, entre las divisiones del electrodoméstico, algo que podría preparar rápidamente para terminar con el hambre mañanero.

Aunque, de cierta forma, no tenía hambre, pero la imagen de Wooseok obligandolo a comer -como anteriormente había hecho- venía a su mente, ocasionándole una batalla mental donde su dongsaeng era el angelito que le decía que coma, porque comer es importante para empezar, con todas las energías posibles, el día. Mientras que él mismo se decía que no lo haga, que si no quería comer, ¡Estaba bien! Que nadie lo podía obligar a hacer algo que simplemente no le nace hacer.

忘れられない (Wooho - 펜타곤) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora