Epílogo

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Su sonrisa había vuelto. 

¿Cuándo había pasado?

Él no lo sabía.

La muerte es algo a lo que no le puedes dar batalla. Cuando es tu momento, es tu momento, y solo queda aceptarlo y seguir viviendo.

Jinho sabía y comprendía ello.

Decir que no le había dolido y sorprendido dicha noticia, sería mentir en todo el sentido de la palabra.

¿Quién sabe? Quizá el menor había deseado dejar de vivir.

Bajó del autobús al que había subido para llegar a su destino.

Al tocar el suelo con sus zapatillas, pudo sentir el viento golpeándolo. No era doloroso, solo agobiante.

Emprendió camino hacia el portón de bienvenida al centro de atención.

Visitaría a Wooseok luego de 5 meses de haberse enterado del fallecimiento de este. Qué increíble amigo era.

Rió por sus propios pensamientos. En serio era de lo peor.

Ingresó y buscó la lápida.

No le fué muy complicado el encontrarlo, al fin y al cabo había recibido indicaciones de Hui para poder llegar a él sin mucho problema.

Al comienzo, el ir a visitar a Wooseok iba a ser un secreto, pero, por alguna extraña razón que aún desconocia, el de cabellera naranja se había llegado a enterar de sus planes, por lo que secreto dejó de ser.

¿Por qué no quería que alguien se enterara de ello, si no es un delito el visitar a un amigo?

Bien, quizá él tampoco tenía respuesta a ello.

¿Sentía miedo de que piensen que era frágil?

¿Sentía miedo de que pensaran que seguía siendo un tonto por amar a alguien que, simplemente, había dejado de existir?

Agitó la cabeza para exparsir esas dudas de su mente.

Él no era frágil.

Y había dejado de amarlo, ahora solo le guardaba cariño.

Avanzó lentamente.

"Jung Wooseok"

Era triste recordar que el menor había abandonado el mundo a tan temprana edad. Aún tenía mucho por conocer, fracasar, aprender y andar.

La vida no era justa.

—Buenos días, pequeño alto —habló soltando una leve risa, sentandose en el pasto, justo al frente de la lápida del joven— Primero... —suspiró— lamento recién venir a verte. Quizá fui un cobarde y por ello había evitado esto. Lo siento.

Alzó la mirada, posándola en el grisaseo cielo.

—¿Sabes? No ha habido muchos cambios desde que te fuiste. Es un poco triste el no tener nada que contarte.

Cerró los ojos.

—Soy psicólogo, y lo sé, lo sé, no te rías ¿Okey? Recuerdo el haberte dicho hace mucho, que me estresaba escuchar los problemas de la gente, y aún lo hace, pero es cómodo enterarse que no eres el único que lo vive difícil —levantó los hombros— supongo que es una forma de motivarme a continuar.

Sonrió.

—Hui... Creo que omitiré el contarte sobre él. Si no me equivoco, hace menos de un mes vino a visitarte, seguro te contó que anda en proceso de noviazgo con Hyojong —Rió— Cuando me presentó al chico, realmente fue inesperable. ¡Ni siquiera me había comentado de su existencia! Solo, un día que había aprovechado para almorzar con Hui, un chico rubio, que creí que era un ladrón porque nos estaba viendo desde hace rato de lejos, se acercó, abrazó por los hombros a Taek, y dijo —aclaró su garganta— "Qué lindo volvernos a encontrar, amigo de mi novio"

忘れられない (Wooho - 펜타곤) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora