"NO OLVIDES LA CANELA"

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Taehyung llora desconsoladamente, otros estarían rebosantes de alegría, saltando en un solo pie, pero como siempre Tae es diferente.

Si tan solo sus padres no le hubiesen obligado a ir a esa tonta fiesta de la alta sociedad, cómo si a él le importase esas ostentosas reuniones, él solo anhelaba sentarse en el pequeño jardín de su casa que da al bosque a leer todos esos interesantes libros de amor, pero, no! tuvo su hermano ser tan terco para insistirle a sus padres para que Taehyung le acompáñese a la fiesta de cumpleaños del hermano del emperador.

Él solo quería leer e ir al mercado por los encargos para los postres de su mamá y así poder ver a ese apuesto guardia que siempre está cerca del puesto de vegetales, ese chico es tan bien parecido, siempre tuvo la esperanza de que un día pudiese hablarle sin que la timidez le sobrepasara, pero ya eso es todo parte de un sueño lejano, no puede hacer nada para cambiar su futuro.

Qué, por qué llora? déjenme y les explico, vamos a retroceder cuatro días atrás...

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Taehyung se había levantado temprano aquella hermosa mañana, pues como cada día le tocaba ir a buscar los pedidos de su mamá para los postres que la misma vendía en el mercado, pero lo que más le emocionaba es que podría ver a aquel chico a quien siempre observaba, aunque esté nunca le notaba, pero hoy estaba decidido a hablarle, por tal razón su entusiasmos.

Se bañó rápidamente y salió despavorido escuchando a lo lejos como su mamá gritaba un "NO OLVIDES LA CANELA" sin hacerle caso corrió hasta ver los inicios del pueblo, cuando creyó que era lo suficientemente cerca del mercado, se detuvo de manera abrupta para regular su agitada respiración, peinó un poco su rojizo cabello, alisó con sus manos las inexistentes arrugas de su ropa y camino más tranquilo, primero hizo todos los encargos de su mamá y cuando creyó que no faltaba nada entonces camino hasta el puesto de las verduras, pero no encontró a quien buscaba, con tristeza y cabizbajo dio la vuelta para volver a su dulce hogar pero chocó con alguien.

-Mis disculpas pequeño, andaba algo distraído. -se excusó el chico y Tae enrojeció como un tomate, esta era su oportunidad para hablarle -Te encuentras bien? Te he hecho daño? -pregunto esta vez.

Tae solo negó en respuesta pues las palabras no salían de su boca.

-Te sientes bien? estás todo rojo, puedes hablar? -Tae asintió esta vez, abrió la boca pero nada salió.

-Y-Yo... estoy bien... -respondió en un susurro.

-Me alegra saber que no te hice daño, ahora que se que estás bien, me despido, el deber me llama. -soltó una risita y antes de que Tae pudiese decir algo más se fue, debió de haberle perseguido o algo pero quedó algo atontado, con una boba sonrisa camino hacia su casa.

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Al llegar escuchó la profunda voz de su hermano mayor y se apresuró a llegar, corrió feliz y le abrazó como nunca, tenía casi un mes de no verle y admite que le extrañó mucho, su hermano es un hombre honorable y respetado que llegó ha llegado ser muy grande gracias su esfuerzo y dedicación deste temprana edad, por su actual cargo no le puede ver muy a menudo, pero disfruta cada segundo con él, por eso en este instante está abrazado a él como un koala.

-NAMU! -grita con felicidad.

-TaeTae! -le responde con el mismo sentimiento -Cómo esta mi pequeño tigre? -pregunta mientras despeina sus cabello en un gesto cariñoso al todavía abrazado chico.

-Estoy muy bien! Ya acabe el libro que me trajiste, me has traído otro Namu? Si, verdad que si?! -le insiste mientras le hace ojitos de cachorro.

-Si pequeño, te he traído otro, pero... tú me preparas esas ricas galletitas de vainilla? -le cuestiona con su característica sonrisa de Hoyuelos.

-SI! Todas las que quieras -vocifera mientras salta de un piesito a otro con emoción.

Pasaron el día hablando, mientras Namjoon le contaba todas las aventuras de su trabajo, como por ejemplo el intento de envenenamiento de la semana pasada y cómo atrapó a los culpables quienes eran unos infiltrados en el harem del emperador.

A la hora de la cena todo pasó normal, Tae había preparado esas ricas galletas de vainilla, su padre había llegado de su arduo día de trabajo, por tal razón Namjoon aprovechó para pedir permiso, el moreno es un adulto independiente pero aún así debe pedir permiso para cosas relacionadas a su pequeño y Preciado hermano.

-Papá, mamá; mañana en la noche es el cumpleaños del hermano del emperador y bueno, mi puesto en me da ciertos privilegios así que me gustaría llevar a Tae esa noche, será posible? -pregunto el moreno.

-No! -gritó Tae con la boca rellenita de batata asada.

-TaeTae, traga tu comida antes de hablar -le regaña su mamá.

-No sé hijo, sabes cómo somos de cuidadosos con tu hermano, no es lo mismo para el que para ti aunque amemos a Tae de la misma manera que a ti debemos cuidarlo el doble. -responde con algo de inseguridad.

-Vamos! Estaré ahí! Además será bueno para el conocer más personas, nadie sabe si hasta hace un amigo. -ruega el moreno.

-Pero no quiero, no me gustan esas aburridas reuniones. -se queja el aludido, con un pronunciado puchero.

-Esta bien! Tengo que buscar un traje apropiado, no puedes estar al menos en una reunión tan importante. -exclama con felicidad la señora Kim.

Se escucha como el menor de los hermanos se queja pues sinceramente no quiere ir, pero también es consciente de que si su mamá dijo que si ya no hay nada que buscar.

La noche pasó más rápido de lo que Tae hubiese deseado, a la mañana siguiente salieron en dirección al castillo pues Namjoon como jefe de la guardia real debía empezar su tranajo temprano para asegurarse que ningún problema ocurriese en la noche de la actividad, por eso Tae fue dejado en los aposentos del moreno, recibiendo una que otra advertencia que fue ignorada en cuando escuchó que podía vagar por los pasillos, siempre y cuando no se internara en el ala imperial.

Tigre Mimoso {Dinastía Jung} •HopeV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora